"Parece como si el Papa hubiera elegido la fecha de su despedida, justo cuando Cristo ya ha resucitado"

El Papa Francisco se nos ha ido. Es como si hubiese escogido el día para su despedida, un día de gloria, justo cuando Cristo ya ha resucitado. Francisco siempre invitaba a mirar a Jesús, a aprehender de su misericordia y de todos sus hechos y palabras, para así llegar a Dios.

Procuraba ponerlos en práctica, aun conociendo sus propias debilidades y pecados. Han sido unos días de pasión sufridos en su propio cuerpo, ya antes de ingresar en el Policlínico. Nos ha dado un gran ejemplo de ese "darse a los demás" que tanto predicaba.

Quería recordar algunas de sus enseñanzas de estos años: nos hablaba de la Iglesia como "hospital de campaña, de la cultura del descarte, de la globalización de la indiferencia, de los santos de la puerta de al lado"; de no irse a dormir sin haber dicho "gracias, perdón y permiso".

Y para los más jóvenes ese "hagan lío" ante la comodidad, el clericalismo, la mundanidad… Solo cabe decir, gracias Francisco, muchas gracias.