El empate de la CUP es otro capítulo del 'sainete' de la independencia

Si Artur Mas fuera menos ególatra y pensara más en el bien de Catalunya, hace tiempo que debería haber dado un paso atrás, ya sea en forma de retiro político o redirigiendo su partido (o lo que quede de él) hacia posturas que, a diferencia de la secesión, sí generen consenso entre los catalanes.

Lo que está claro, es que con un 47% de votos independentistas no hay mayoría suficiente para poder seguir con el eufemístico "procés", no al menos en los términos que Junts pel Sí ha venido expresando en los últimos tiempos.

En cuanto a la CUP, el sospechoso empate del pasado 27 de diciembre no es que fuera una inocentada intempestiva, sino más bien un acto más de este esperpéntico sainete que los catalanes llevamos padeciendo desde 2012 como impertérritos espectadores.