"Por fin el nombre hace justicia a la plaza del socavón del Carmel"

La plaza del socavón, 'plaça de l'esvoranc' ya tiene nombre. Oficial. Pero lo tuvo siempre. Durante 20 años, ese hueco en el corazón del Carmel fue más que un socavón: fue una herida abierta, una promesa incumplida, una vergüenza enterrada en hormigón. Y sin embargo, el pueblo -ese que nunca olvida lo que duele- ya le había puesto nombre antes de que lo hicieran los papeles: la plaza del socavón.

Hoy, el nomenclátor de @barcelona_cat lo reconoce. Y eso, créanme, no es poca cosa. Porque ponerle nombre a las cosas es el primer paso para no volver a esconderlas bajo tierra. Porque solo lo que se nombra, permanece. Y lo que permanece, se recuerda. El nombre ya está en los libros. Pero falta lo más difícil: que entre en la conciencia de la ciudad.

Porque no basta con urbanizar. Hay que dignificar. No basta con construir. Hay que recordar. Ese hueco no puede llenarse solo de árboles y bancos. Debe llenarse de memoria. Porque aunque no hubo muertos, sí hubo desarraigo. Hubo miedo. Hubo un barrio entero mirando al abismo. Y eso también deja cicatriz.

Hoy, al menos, el nombre hace justicia. Plaza del socavón. Podría haber sido la plaza de la vergüenza. Pero que sea, al menos, la plaza de la verdad.