No entiendo la climatización de Renfe

Soy una usuaria habitual de Renfe. Todos los días tomo el tren para ir y venir de la universidad, pero no entiendo la climatización en este servicio. En verano, el aire acondicionado del tren funcionaba a tanta potencia que no tardé en tener frío, pero no fui la única: una señora a mi lado tuvo que pedirme la cazadora porque se estaba quedando helada.

Ahora que se acerca el invierno, espero que no ocurra lo mismo con la calefacción. Cada vez que se abren las puertas en una parada, una parte de esa energía se pierde. Imaginemos lo mismo en las docenas de trenes de Cercanías. Por eso, invito a los demás usuarios a reflexionar hasta qué punto es necesario este uso excesivo de energía o si, de otra forma, podríamos ajustarlo y evitar dicho gasto a gran escala.