"Gigabuses conducidos por conductores empoderados me han arrinconado varias veces de mi 'scooter'"

¡Cuidadooo! ¡Què viene el autobús! No sé si ustedes se ha percatado que nuestra antaño amable ciudad de Barcelona hace ya un tiempo que ha dejado de serlo para convertirse en algunos aspectos en antipática. Me refiero a los que atañen a la circulación.

Yo recuerdo aún la gran diferencia que había antes entre el caos de Madrid y la generalmente fluida y respetuosa movilidad nuestra. Ahora no es así, y entre el caos proporcionado por la irrupción sin control de bicicletas y patinetes que campan a sus anchas sin importarles las señales de tráfico, ha surgido el fenómeno de los poderosos gigabuses.

¡Cuidadooo! ¡Què viene el autobús! ¿Han visto ustedes 'Mad Max 2'? Los autobuses actuales me recuerdan mucho esa película. No es ya que tengan unas dimensiones propias de una ciudad como Los Angeles, sino que los conductores se ven tan empoderados con tamaño trasto al volante, que les importa un pepino quién esté a su alrededor.

Ellos tiran por donde quieren, cambian de carril sin avisar y lo único que puedes hacer es apartarte o frenar y dejar que pase la mole majestuosa. A mí ya me han arrinconado varias veces en mi 'scooter' y se me ha puesto la piel de gallina.

Y para mayor recochineo, cuando ya ha pasado a toda velocidad a escasos centímetros tuyos ves un letrerito en la parte trasera que pone: "'cediu el pas'". ¿Alguien pondrá orden en la ciudad algún día? Me temo que no.