Si tenemos en cuenta los estudios científicos de algunos psiquiatras donde aseguran que la tramontana (viento frío y turbulento del noreste de Catalunya) puede impulsar el genio artístico, y eso que García Márquez escribió en su cuento 'Tramontana': "Nadie dejaba de pensar con temor en la tramontana, un viento de tierra inclemente y tenaz, que según piensan los nativos y algunos escritores escarmentados, lleva consigo los gérmenes de la locura", entenderemos mucho mejor lo que protagonizó Puigdemont delante del Parlament de Catalunya la mañana del día 8 de agosto.
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Muy poca gente (y mucho menos las de allende las fronteras de Catalunya) comprendió la intervención de Puigdemont, sin embargo, los que vivimos de cerca las ocurrencias de Dalí y, además, en su día trabajamos en territorios donde sopla la tramontana, nada de lo que hizo y dijo Puigdemont nos sorprendió.
"Encara som aquí" fue un espectáculo daliniano fruto de la tramontana que Puigdemont lleva dentro desde que nació. Lo que ocurrió el 8 de agosto en Barcelona fue una palpable demostración de que España es un país diverso y multinacional, por eso, muchos otros territorios se irritaron y aturdieron tanto. Se escandalizaron, simplemente, porque no tienen tramontana.