"Afrontar el cambio climático es una obligación ética de nuestra generación y las futuras"

Todos hemos sido conscientes de los diferentes episodios climáticos extremos que hemos vivido en los últimos meses, tanto en nuestro país como más allá de nuestras fronteras. Esto pone sobre la mesa una realidad dura e incuestionable: el cambio climático ya no debe considerarse una amenaza futura, sino un problema con consecuencias presentes. Inundaciones, sequías y fenómenos meteorológicos imprevisibles afectan cada vez más de forma directa a la vida cotidiana que todos conocemos.

Catalunya no es ajena a esta situación. La gestión del agua, la planificación urbana y la adaptación de las infraestructuras se han convertido en retos que requieren decisiones valientes y coordinadas. Ya no es suficiente contar únicamente con un sistema de reacción ante una emergencia puntual; ahora es necesario saber cómo y cuándo anticiparse a lo que puede venir.

La lucha contra el cambio climático no puede ser individual, sino una responsabilidad compartida entre administraciones públicas, empresas y ciudadanía. Esto nos obliga a avanzar hacia una transición ecológica eficaz, acompañada de políticas sociales y económicas firmes que no se queden solo en declaraciones de intenciones.

Negar la evidencia de lo que estamos viviendo para posponer soluciones únicamente conseguirá incrementar los costes sociales y humanos. En definitiva, afrontar este desafío es una obligación ética tanto para nuestra generación como para las generaciones futuras.