"Economía despiadada y reparto de la riqueza"

Juan Roig, afirma de sí mismo y de otros que: “Los directivos y empresarios somos los que generamos riqueza y bienestar. Si después, a los que les toca gestionar lo saben hacer, hay riqueza para todos; si no, hay enfrentamiento”.

La despiadada economía capitalista crea una desigualdad lacerante, que ya nadie niega (véanse Davos/23: “Cooperar en un mundo fragmentado”, y FMI: “Reducir la desigualdad para generar oportunidades”). Ni siquiera Roig puede hacerlo, él que tantas veces lo ha intentado. Así pues, opta por quedarse con el mérito creador de riqueza y reparte la culpa, por la injusticia económica y por la nula cohesión social existentes en España, hacia los gestores, es decir, hacia la política, es decir, hacia los votantes, que no saben elegir a quiénes deben repartir la riqueza producida por los empresarios, y no colectivamente como algunos creen.

En definitiva, piensa Roig que la culpa de la pobreza es de los pobres, que se limitan a trabajar a cambio de un salario, y no saben cuáles son sus intereses y no se organizan para defenderlos, como sí que hacen perfectamente los directivos y empresarios, que conocen su propiedades privadas (medios de producción) y cómo invertirlas en negocios boyantes, compitiendo limpiamente en el mercado, que todo lo ordena, como ratifica el ministro de Agricultura, el señor Planas, que es un cargo político, que alguna responsabilidad tiene en lo que está pasando con el precio de los alimentos básicos, que asume la culpa que le endosa el ínclito capitán de empresa con una amplia sonrisa de aceptación, y alabando la labor de Mercadona, para que todo siga igual.