"Hubiera preferido quedarme sin Olmo por una lesión a que finalmente se haya resuelto el embrollo"

Al inicio de su nuevo mandato, Laporta insistió en dos compromisos para el Barça: con la Masia y con la transparencia. Que un jugador excelente de Terrassa, catalán y culé, formado en la Masia y recuperado en su mejor momento sea tratado como lo ha sido Dani Olmo es, literalmente, para pegarse un tiro.

El Barça de estos años es como una de esa series demasiado extensas y cuya trama, abusando de peripecias inverosímiles, se vuelve cada vez más insoportable. En este principio del fin del desenlace, ojalá feliz, nadie puede borrar el daño ya acontecido. A modo de las preguntas televisivas y asumiendo el juego absurdo de las hipótesis imaginarias, si me dieran a elegir entre quedarnos sin Olmo en el campo media temporada por una circunstancia como, por ejemplo, una lesión y que nada de esto hubiera ocurrido, o la circunstancia actual, con final feliz, creo que elegiría lo primero.

Lo digo porque me preocupan los efectos de este terremoto mediático-institucional, legal y futbolístico, como las actuales consecuencias negativas en el vestuario, el malestar y la desestabilización de una cohesión -con gran esfuerzo- lograda y las posibles consecuencias que, por la imagen de club, desincentiven a muchos jugadores a venir a jugar al Barça.

En este sentido, la opinión de Raphinha es de sentido común, compartida por todo el vestuario y por la inmensa mayoría de los aficionados; una sensación como decir: "Si los que nos mandan/pagan no son profesionales, ¿qué nos están pidiendo a nosotros?".

El fichaje estrella del verano pudo empezar a jugar 'gracias' a la lesión de Christensen y, ahora, 'gracias' al CSD, en principio, por tres meses más. Pensemos en un símil deportivo, cuando exigimos ser capaces de competir y ganar títulos, y decimos, teniendo en cuenta los puntos de los rivales, que "dependemos de nosotros mismos".

Este barco sin timón, su megalómano capitán y sus cada vez menos compañeros de viaje han hecho que este club no dependa ya nunca de sí mismo. Solo nos queda esperar que Flick sea capaz de sobreponerse al embate de Laporta y volver a fortalecer, cohesionar y motivar a este equipo como equipo, y a cada uno de sus jugadores.