Catalunya: profundizar en el origen de las discrepancias para solucionarlas

Es la primera vez que escribo en este apartado, y lo hago porque creo que es el momento de que entremos todos en el debate, que busquemos el origen real de las discrepancias. Es la única forma de entender el problema y por tanto, de encontrar soluciones.

He sido votante del PSC desde siempre, sin embargo, me estoy planteando votar a C's, porque no comparto alguno de los puntos de vista del PSC actual, y creo que Arrimadas puede volver a centrar el debate.

En primer lugar, destacar como origen, en mi opinión, la crisis económica del 2007, que originó, como la anterior, un gran volumen de personas sin trabajo. Especialmente, y esto no es análisis profundo, en la gente joven. Algunos marcharon, otros subsistieron, pero la gente joven sin posibilidades de futuro en la sociedad que teníamos es lógico que busque soluciones. En muchos casos, ayudados por otras personas no tan jóvenes que les prometían el paraíso. Es fácil observar en los grupos más protestantes y radicales una primera barrera siempre de gente joven o muy joven. 

En cuanto al problema concreto de Cataluña. Los líderes han prometido un futuro que no pueden cumplir de ninguna manera.

Siempre con el victimismo como bandera, sabiendo que no conseguirán nunca la su objetivo, pero es igual, consiguen dañar a su adversario, que en este caso, somos los no independestistas, más de la mitad de las personas que habitan en Cataluña.  Por supuesto respeto cualquier reivindicación siempre dentro de la legalidad, que al final es la base de la convivencia.

Por ello, insisto, gente joven  que no tiene mucho futuro y líderes que les prometen el futuro y como mínimo su reconocimiento y tener objetivos en su vida. Mentiras puras. 

Si el problema es este amplio sector, ayudaría mucho que la enseñanza desde el inicio, no se centrara tanto en la historia reciente, y cumpliera suy objetivo básico que es preparar a los jóvenes a construir su propio futuro, como en muchos países de nuestro entorno.

Yo creo, humildemente, que si los jovenes (y quizá en otro artículo, los no tan jóvenes) vieran un futuro asumible, no tendrían tanto interés en diferenciar su nacionalidad, porque, al fin y al cabo, nada nos podremos llevar al otro mundo.