"A votar: Parece como si el espíritu democrático fuera tan fugaz o inexistente como el espíritu de la Navidad"

Curioso que surjan tantas voces contrarias a unas nuevas elecciones, parece como si el espíritu democrático fuera tan fugaz o inexistente como el espíritu de la Navidad, y es que no valorar la grandeza de ser ciudadano de un estado democrático es, cuanto menos, señal de estupidez.

Mientras la verborrea de los platós va dirigida a captar audiencia diciendo auténticas barbaridades, y qué decir de los partidos políticos y sus representantes, quienes defienden sus opciones con poco sentido de estado y mucho sentido de su estatus, la ciudadanía sigue sufriendo las repercusiones de leyes y presupuestos enquistados en la codicia y falta de compromiso social.

Seguimos con contratos basura, crecimiento de la pobreza severa, tolerancia ante el fraude y la corrupción, falta de acciones favorables a un compromiso medioambiental, y un sinfín de realidades que nos rompen socialmente generando más y más desigualdad, injusticia y pobreza, y eso en un estado democrático.

Claro que todo esto tal vez pasa por ese estado de cosas que hace que la ciudadanía llega a quejarse por tener que volver a votar. Pues bienvenido sea el voto y la capacidad de elegir a nuestros políticos. Tal vez debemos tomarnos más en serio el derecho al voto y el sentido de nuestro voto. Pues a votar.