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"Los transportines de mascotas tienen que tener un espacio propio en el AVE"

Interior de un vagón del AVE Barcelona-Madrid pasajeros, viajeros

Interior de un vagón del AVE Barcelona-Madrid pasajeros, viajeros / DANNY CAMINAL

Cojo el AVE en Zaragoza Delicias con destino a Barcelona Sants, acompañado de mi mascota: un perro, inferior a 10 kilos de peso, en su correspondiente transportín. Minutos antes de llegar a Barcelona, va incómodo y sale del mismo. Lo llevo agarrado con la correa, no ladra, no ocupa plaza, ni molesta al resto de pasajeros.

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Un empleado de Renfe, que no se identifica ni con nombre ni con categoría profesional, me recrimina que la mascota tiene que ir dentro del transportín durante todo el trayecto. Le contesto que ya lo sé, pero que lo que tiene que hacer Renfe es habilitar espacio para ellos. A lo que me responde que ya sé las condiciones del billete que he comprado. Efectivamente, las condiciones que Renfe no cumple: billete básico con plus de 10 euros por mascota, en transportín cuyas medidas máximas sean de 60x35x35cm.

A pesar de pagar un suplemento, te asignan el mismo espacio que al resto de viajeros, y la mascota tiene que viajar a tus pies. Es decir, la medida máxima de transportín permitida no cabe, no se puede encajar entre los asientos, y los transportines de medidas más pequeñas, cuya comodidad para las mascotas es menor, te obligan a hacer malabares para que puedas colocar al perro y tus pies.

Exijo que los transportines de mascotas tienen que tener un espacio propio, al igual que las bicicletas, los carritos de bebé o las sillas de ruedas. El señor de Renfe insiste en que introduzca a mi mascota en el transportin. Al llegar a Barcelona, y esperando que el tren entre en la estación y abra las puertas en Sants, llevo a mi perro cogido de la correa para bajarlo en brazos, como he hecho en viajes anteriores sin ningún tipo de inconveniente por parte de los profesionales de la compañía. Este señor viene a por mí, me llama por mi nombre de pila, y me dice que voy a recibir una sanción. Parece que el uniforme le confiere cierta chulería. A la espera estoy de recibirla, para tomar las medidas oportunas. Obviamente, nada más llegar a Barcelona puse una reclamación.

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