"Decir lo que uno piensa no es sinónimo de decir la verdad"

Empiezo esta carta con una declaración de intenciones: opino que no es necesario "mojarse" siempre en cualquier tema, como tampoco hay que ser siempre "sincero". Curioso esto último, bajo mi punto de vista, en el que las personas que presumen de ser sinceras y decir siempre lo que piensan se contrapone con su evidente mala educación. Y es que decir lo que uno piensa no es sinónimo de decir la verdad. Ni que lo que uno diga sea la verdad. Es la opinión subjetiva de uno mismo.

Vamos a la denominada "polarización", tan en boga. En mi opinión, el origen de esto viene dado en el concepto de "mojarse" sobre cualquier tema. Esto es, opinar. Dar una opinión sobre cualquier tema. El problema es que muchas veces se puede opinar sin saber realmente sobre un tema. Y luego está el que si yo opino de una cosa y tú opinas la contraria, eso cree un caldo de cultivo de confrontación.

Ya tenemos los debates televisivos, en los que se grita más que habla.Y finalmente está la manipulación de la clase política, para tenernos entretenidos discutiendo y enfrentándonos por temas de "agenda", en los que, en realidad, poco podemos hacer o aportar. Se ha dejado de lado la discreción, y todo es vociferar confrontando.

Acabo mi carta con un detalle que me fascinó. Una cita, digamos. En una entrevista a Esteve Riambau, el anterior director de la Filmoteca de Catalunya (un hombre cuyos conocimientos de cine están fuera de toda duda), le preguntaron por su película favorita, o la que él pudiera considerar la mejor en la historia del cine. Él contestó con un escueto: "Lo siento, no soy mitómano".