"Proteger a la infancia es una prioridad, y más cuando se trata de forzar a una niña al matrimonio"

Mi hija María tiene 11 años y es inmensamente feliz mientras le hago masajes en los pies o la abrazo antes de dormir. A mí me da paz ver que acaba su día con el baño de amor incondicional que yo le puedo proveer. Antes de eso, me cuenta sus inquietudes en el colegio, que suelen tener mucho que ver con las relaciones con sus profesoras y amigas, alguna idea creativa, y pequeñas confidencias. Nos reímos juntas. Para mi hija el amor de sus padres es lo más importante.

En Yemen, Nada tenía 11 años cuando sus padres le anunciaron que, en tres días, se iba a casar con un hombre significativamente mayor que ella, al que no conocía. Su tía y su hermana habían corrido la misma suerte que ella y optaron por quitarse la vida. Nada quería vivir, así que decidió huir y colgó un video en redes sociales que, milagrosamente, se viralizó gracias a la ayuda de su tío. Ahora vive y estudia en el Reino Unido. Para Nada, el amor de sus padres era lo más importante y lo perdió en su huida. Afortunada (y milagrosamente) ahora lo ha recuperado y ayuda a su familia para que sus hermanas pequeñas no queden atrapadas en matrimonios infantiles.

En Londres, Payzee tenía 16 años cuando le dijeron que su vida de estudiante adolescente terminaba porque se iba a casar. Todo tipo de negocios y profesionales en Londres fueron testigos de lo que le estaba sucediendo a aquella menor, mientras ella encargaba el vestido, las joyas, los zapatos, el pastel, los regalos de los invitados… Negocios occidentales muchos de ellos, en los que nadie hizo nada para frenar dicha brutalidad, de la que eran testigos-cómplices. Las diferencias culturales no pueden ser una excusa. Para Payzée no había nada más valioso que el amor de sus padres, que no quería perder de ningún modo. Se casó y sufrió todo tipo de abusos desde el principio y, a los dos años, después de que asesinaran a su hermana, que había huido de su propio matrimonio infantil, ella también decidió escapar.

Todo esto lo he podido conocer gracias a la labor del programa 'DO GOOD the Bicester Colection' y la Roca Village, con su 'Think Tank Unlock futures' para prevenir el matrimonio infantil. 

¿Cuál es nuestra responsabilidad ante este tipo de situaciones? Es mi opinión que es prioritario proteger a la infancia siempre: ya sea avisando a las instituciones adecuadas, ofreciendo un teléfono seguro, o lo que sea…, pero nunca, nunca, dar la espalda. ¿O se la daríamos a nuestras hijas de 11 años a las que abrazamos cada noche? Eso es lo que necesitan las niñas, ser niñas, sentirse seguras y queridas, jugar y aprender, y que el amor a unos padres (o el miedo a perderlo), no las mate en vida.