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"Ojos que no ven... Habría que mostrar imágenes duras de lo que provoca el covid-19"

Más de 11.600 personas han sido ingresadas en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales. Muchos no han logrado salir con vida. Otros las han dejado atrás después de muchas semanas sedados o apenas sin fuerzas. EL PERIÓDICO pudo acceder a la uci del Hospital del Mar el 22 de abril y el fotógrafo que tomó esta instantánea, Ferrán Nadeu, expresa su «admiración por todo el personal sanitario, desde el personal médico hasta el servicio de limpieza, pasando por la enfermería, que se dejan la piel día a día con jornadas de 12 horas enfundados en asfixiantes equipos de protección y a pesar de los recortes y precariedad laboral que sufren desde hace años».

Más de 11.600 personas han sido ingresadas en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales. Muchos no han logrado salir con vida. Otros las han dejado atrás después de muchas semanas sedados o apenas sin fuerzas. EL PERIÓDICO pudo acceder a la uci del Hospital del Mar el 22 de abril y el fotógrafo que tomó esta instantánea, Ferrán Nadeu, expresa su «admiración por todo el personal sanitario, desde el personal médico hasta el servicio de limpieza, pasando por la enfermería, que se dejan la piel día a día con jornadas de 12 horas enfundados en asfixiantes equipos de protección y a pesar de los recortes y precariedad laboral que sufren desde hace años». / FERRAN NADEU

Nuestra sensibilidad nos protege con frecuencia de imágenes que por su dureza podrían herirnos, como las de las ucis de los hospitales y las de los féretros que se acumulaban en el Palacio de Hielo durante esta pandemia y, en su lugar, asistimos a una explicación detallada que no cala y se va rápido de la mente.

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Ver eventos repletos de gente sin mascarilla ni distancia de seguridad hiere la sensibilidad de los que perdieron a alguien, de los que tienen menos defensas, de los que, confinados, contribuían a paliar la propagación de una pandemia. Falta incluso a la memoria de los que murieron por ella, y sin embargo y de momento, se hace y a veces se consiente.

Si viéramos algo más de lo oímos, aun a costa de sufrir nuestra sensibilidad un tiempo, en estos eventos seguiría la fiesta con mascarilla perfectamente; no transmite igual oír las noticias que ver alguna imagen más de las que vemos. ¿Por qué no se cambia entonces la forma de transmitir el mensaje para que se acomode a la gravedad de la situación y llegue claramente para así tratar de cambiarlo? ¿No transmite la DGT con dureza su mensaje y, al final, recogen la cosecha los mismos que se salvaron gracias a ella en la carretera?

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