Mi admiración y aprecio por Adolfo Suárez

Habiendo conocido al presidente Suárez en un mitin de CDS en el Palau Blaugrana en el 1987, y ahora que está a la orden del día el tema del régimen del 78, la probable reforma de la Constitución, quisiera hacer llegar desde este sencillo escrito lo importante que fue la figura del presidente Adolfo Suárez para el conjunto de los ciudadanos de este país.

Empezando por los catalanes y vascos, y acabando por los andaluces, madrileños y extremeños. Sin la figura de Suárez, probablemente el conjunto de las libertades de un Estado de derecho como el nuestro estarían aún muy mermadas.

El presidente Suárez fue un trabajador incansable, patriota hasta la médula, buen marido y excelente padre. Según dicen, dormía muy poco, comía menos y era un gran nadador, es decir, le encantaba la natación, además del tenis y el ciclismo.

Entre sus aficiones destacaba el mus, del cual era un gran jugador, de ahí que Alfonso Guerra le apodara 'El tahúr del Mississippi'.

Estas líneas son un sincero homenaje al mejor presidente del Gobierno que ha tenido este país, recordando que durante años, la memoria del que fuera principal artífice de la Transición, fue un encefalograma plano.

Pero los que conservamos nuestra memoria intacta no podemos privar del homenaje de la historia a quienes se lo merecen. Y el presidente Adolfo Suárez lo merece, aunque los españoles, injustos e ingratos, tardáramos décadas en reconocer su figura como político y, por encima de todo, como persona.