"Ante la falta de socorristas, muchos trabajan sin estar inscritos en el ROPEC"

A pesar de que el número de profesionales del sector socorrista inscritos en el Registro Oficial de Profesionales del Deporte de Catalunya (ROPEC) supera las 6.000 personas, no todos se encuentran en activo para trabajar durante las temporadas de verano. Es por eso que, dada la falta de profesionales del socorrismo, la Generalitat de Catalunya se ve obligada a aprobar cada verano continuas moratorias para que socorristas sin regularizar puedan trabajar sin estar inscritos en el ROPEC.

A diferencia de otras instalaciones, el salvamento acuático es elemental en playas, piscinas y pantanos. Excepto contadas excepciones, los ayuntamientos son los responsables de desarrollar el plan de salvamento de las playas, donde el número de socorristas es clave para garantizar el buen funcionamiento del servicio. Además, este plan también cuantifica los recursos materiales necesarios, como lanchas o flotadores, en función de la amplitud y la peligrosidad de la playa o la zona en cuestión.

Carlos Salvat, socorrista de instalaciones acuáticas y técnico de formación de la Cruz Roja en Catalunya, señala que la moratoria “permite que bajo el paraguas de una formación reglada en socorrismo acuático, la persona pueda trabajar tanto en espacios naturales como en instalaciones acuáticas”. Esto acontece una medida ciertamente complicada para el socorrista que no se haya formado específicamente en Socorrismo de Espacios Naturales, puesto que según indica “tienes a gente que no ha sido formada en esta área para vigilar y analizar las diversas complejidades que puedes llegar a encontrarte en un servicio de SOS de Espacios Naturales”.

El objetivo de la medida radica en la no aplicación del régimen sancionador establecido en la ley 3/2008 del Ejercicio de las Profesiones del Deporte hasta que no acabe la temporada de verano, el 30 de septiembre. Hecho que ha agraviado el debate interno entre los profesionales del mundo del salvamento, que ven en estas moratorias una grieta que hunde sus derechos.