"¿Qué espera la selección masculina de fútbol a parar su competición en apoyo de sus compañeras?"

La afición española por el fútbol está mucho más que acreditada y nadie puede ponerlo en duda. Unos 103 años avalan esta pasión. Fue por 1920 que se creó oficialmente la selección de fútbol española. "La Roja", o en sus orígenes "La furia española".

Una selección que nos ha dado muchas alegrías y que ha sido siempre el orgullo nacional, la bandera que nos representa, nuestra furia, nuestro tesón, el elemento transversal que nos une de punta a punta, todos unidos por un color, por una pasión. Todos grandes aficionados, amantes de ese balompié que ha iluminado tertulias en bares restaurantes, radios, cenas de Navidad...

Todos entrenadores de futbol, siempre sabiendo qué es lo que hay que hacer, despotricando del entrenador, pues no se entiende qué hace (bueno, eso no es solo en el futbol, también pasa con la política). Es tal nuestra pasión por este deporte que todos nos creemos casi profesionales.

Hasta el gran colofón que en 2010 nos hizo saltar del sillón. No hubo ningún español, en cualquier punto de este globo llamado Tierra, que no saltase y gritase aquel gol de Iniesta hasta quedarse completamente ronco, rompiendo nuestras cuerdas vocales con un grito descomunal que nos da esta pasión. Noventa años, 13 mundiales tardamos en levantar esa copa que se nos resistía y que nos proclamó como la mejor selección del mundo.

En cambio, nuestras mujeres, de forma silenciosa, pero pasándonos la mano por la cara por la gran calidad de su fútbol, por su forma de hacer, pero ser las mejores, han tardado solo tres mundiales en levantar la copa, en desmostrarnos, una vez más, que no solo pueden hacer lo mismo que nosotros sino que son incluso mejores. Y se lo pagamos con el ridículo, con el menosprecio.

¿Amantes del fútbol? Ja. ¿A qué espera la selección masculina a parar la competición en apoyo de sus compañeras? Y de paso, que aprovechen ese tiempo para que ellas les enseñen a jugar al futbol, mejor nos irá.