El 'caso Palau' y otros chanchullos políticos

El 15 de enero conocimos la sentencia del caso Palau por la que se condena a diversas penas de prisión a los principales encausados, tras oír durante el juicio oral las vergonzosas declaraciones de algunos de los hoy condenados, como Fèlix Millet, acerca de como Convergencia Democrática de Catalunya exigía y se embolsaba un 3 y un 4% en concepto de mordidas por la adjudicación de contratos públicos a través del Palau de la Música.

El mismo lunes se inició el juicio en la Audiencia Nacional sobre la rama valenciana de la trama Gürtel. Un empresario tras otro han ido reconociendo el pago de comisiones a determinados cargos del PP e intermediarios, como así lo han corroborado en la vista el propio Francisco Correa -considerado cabecilla de la trama-, y sus socios Pablo Crespo y Álvaro Pérez. Y todo apunta directamente al expresident de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, e incuestionablemente a la financiación ilegal del PP en Valencia.

Igual que en el País Vasco, que la semana pasada se inició el macrojuicio por el mayor caso de corrupción en la comunidad foral por financiación irregular y cobro de comisiones ilegales, que afecta al PNV.

Estamos viviendo un mes de Enero bien calentito con procedimientos judiciales relacionados con la corrupción política. Todo un serial televisivo de ladrocinio sistemático e indiscriminado que seguiremos viendo durante todos este recién iniciado 2018 con otros procesos por enjuiciar como las tramas Púnica, Lezo, Canal Isabel II, Palma Arena, Bankia, ERE's, y un largo etcétera. La mayoría tienen su foco en el Partido Popular, el partido del Gobierno que, incomprensiblemente, sigue manejando las riendas del país. Qué despropósito.

Solo espero que las sentencias que se dicten en cada caso sean ejemplarizantes para quienes sean declarados culpables -al margen de los acuerdos con la fiscalía a los que puedan llegar algunos de los inculpados para tirar de la manta-, de manera que, además de recuperar todo el dinero mangado, se acabe con la pretendida impunidad en la que se amparan o se han amparado todos los "actores de(l) reparto".