Einstein y la peligrosa e infinita estupidez

"Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana". Esta frase fue pronunciada en algún momento de su vida por el célebre físico alemán (nacionalizado posteriormente estadounidense) Albert Einstein. En una escena de la película del mismo nombre, el científico asiste a un mitin del entonces emergente partido nazi y el orador del mismo se enfrenta al propio Einstein, que le reprocha sus pobres pero incendiarios argumentos, siendo este incapaz de rebatir, lo que el científico trata de hacerle ver ante sus pobres argumentos, utilizando, eso sí, descalificaciones de grueso calibre. Ahí es donde la película señala su famosa frase, advirtiéndole al mitinero que no la olvide nunca.

Han pasado ya unos cuantos lustros desde aquel ficticio, o quizás no tanto, mitin al que asistió el amigo Einstein y muchas igual las diferencias que pueden marcar aquella época y la nuestra actual. Lo que no parece que haya cambiado mucho es la capacidad y mentalidad de algunos de nuestros gobernantes y políticos que aspiran a serlo si escuchamos día sí y día también algunas de sus ocurrencias y propuestas. Algunas de lo más pintorescas, si no fuera porque de verdad algunas asustan y otras parece que se las vayan sugiriendo algún amigo suyo, dado a la velocidad que las van soltando.

Igual no hay que perder todavía la esperanza y les quede aún algo de sensatez y no tengamos que acordarnos de Einstein y de su amigo mitinero del Universo y, yo diría, de una peligrosa e infinita estupidez.