"Buen viaje de vuelta, Toribio"

Hoy el día ha amanecido especialmente triste, solo he podido averiguar la causa cuando he recibido una llamada de Toribio, un antiguo compañero de trabajo ya jubilado, fue así como entendí de dónde venía esa pesadumbre. Llamaba para despedirse, no se iba de vacaciones, era para decirme que estaba emprendiendo el viaje de vuelta de la vida.

A pesar de saber que llevaba años combatiendo, ganándole el pulso a una grave enfermedad que lo acompañaba desde el minuto cero de jubilarse. Se me heló la sangre ante su valentía de llamar, despedirse y pedirme que me despidiera de todos los compañeros/as, sin excepción, que les comunicara el placer que había sido trabajar con todos, lo feliz que había sido en la empresa.

También, ironias de la vida, me explicó que después de que su hija hubiera intentado durante años darle un nieto, que era su gran ilusión, ahora, en cuatro meses llegaría esa criatura tan deseada a iniciar el gran viaje de esta vida que para él estaba acabando. Eso le entristecía y le hacía muy feliz a la vez, porque sabía que su recuerdo, a través de este niño, perduraría en el tiempo.

Por último, me habló de la importancia de saborear la vida, de como nos pasamos una gran parte del tiempo sumidos en preocupaciones, problemas, penas y demás cosas que la gran mayoría de veces no lo son o tienen solución, y mientras tanto, la vida se nos va escapando entre los dedos y nos olvidamos de lo importante: vivirla.

Como reflexión propia, tenemos que entender que formamos parte de la naturaleza e igual que después de un fuego devastador a la que empiezan a caer unas gotas de lluvia vuelve a remontar y lentamente se va recuperando, nosotros, aunque sea dificil, debemos hacer lo mismo.

Buen viaje de vuelta Toribio, gracias por tu coraje y valentía, una gran lección para esa criatura que pronto iniciará su propio gran viaje y, sin apenas percibirlo, tendrá siempre a su abuelo de copiloto.