Dos óperas breves hacen un 'thriller' en Venecia
El Teatro La Fenice envuelve 'El diario de un desconocido' y 'La voz humana' con una trama de novela policiaca
'Diario de un desconocido', de Leos Janacek, es un ciclo de canciones que narra la misteriosa desaparición de un campesino joven, muy trabajador y temeroso de Dios. El hallazgo de su diario revela que el joven, consumado por una ardiente pasión por una gitana que le ha dado una hija, decide irse con ella. 'La voz humana', de Francis Poulenc, basada en la obra teatral del mismo nombre de Jean Cocteau, muestra la última conversación telefónica de una mujer abandonada por su amante.
Son dos historias distintas, aparentemente lejanas. Una transcurre en un ambiente rural, la otra en uno urbano. La música también marca grandes diferencias. La primera es para piano y la segunda, para orquesta. Casi cuatro décadas separan la creación de una y otra por compositores de una tradición musical muy distinta.
Más allá de la pasión que es el motor de ambas, no hay mucho que las aproxime. Sin embargo, tirando precisamente del hilo pasional el director de escena Gianmaria Aliverta ha levantado un andamiaje argumental que, aun conservando la especificidad de cada una de estas obras breves, permite leerlas como una única historia en dos episodios, una historia que se presenta como una novela negra con su sorpresa final.
Se levanta el telón del Teatro Malibrán de Venecia (gestionado por la Fundación del Teatro La Fenice) y se ve un decorado blanco con dos ambientes, un dormitorio y un salón que parece más propio de 'La voz humana', pero empieza 'El diario de un desconocido'. Puede chirriar la atmósfera burguesa del espacio para situar las andanzas del campesino pero ¿no nos rechina que un joven labriego de las montañas de Moravia escriba sus peripecias en un diario?
Antes de que suene la primera nota, dos mujeres cruzan el escenario, una de ellas, en estado de máxima desesperación rompe una libreta en pedazos. Aparece un hombre que resultará ser un policía. Busca y encuentra los pedazos de papel. Empieza a leerlos. Es el diario de Jan, el joven campesino, donde va desgranando sus vivencias, el encuentro con la gitana Zefka, sus escapadas nocturnas, la hija que han concebido y, finalmente, la desaparición con la zíngara. Es el policía lector quien, gracias a la escritura en primera persona del diario, canta la parte de Jan, mientras un actor mima los hechos que están escritos en el diario.
Tras el descanso empieza 'La voz humana'. El decorado mantiene las dos zonas de 'El diario de un desaparecido', solo que un visillo oculta lo que antes era el dormitorio, y donde había el salón, hay una sala de urgencias de un hospital. Allí está Ella, la protagonista de 'La voz humana', con un catéter intravenoso en la mano alimentado por un flebo. En estado alterado empieza su conversación telefónica, ahora mediante un móvil, con el examante. En un momento dado Zefka, la gitana de 'El diario de un desaparecido', visiblemente embarazada pasa por la sala de urgencias y se horroriza al ver a Ella.
Al final, se desvela el visillo. Allí, tendido en una mesa de instituto forense, está el cadáver de Jan que ha sido asesinado. Entonces se revela completamente la trama que ha tejido Aliverta para enlazar las dos obras. Jan es el amante de Ella a quien abandona para irse con Zefka. Viéndose rechazada, Ella asesina a Jan. Su conversación telefónica no es más que el delirio de una mujer enloquecida que ha intentado quitarse la vida. Llega el policía para detenerla, pero Ella consigue quitarse la vida. Fin.
Dos puntos sobresalen de esta producción doble. En primer lugar la imaginación del director de escena, capaz de hacer una salsa bien ligada sin que ninguno de los ingredientes pierda su sabor. La trama que urde Aliverti no altera en ningún momento la integridad de las dos obras, más bien las envuelve. El segundo punto que merece ser destacado es la economía de medios.Los vocales ya están muy limitados en las respectivas partituras (cinco voces para la de Janacek y una para la de Poulenc). En este caso se trata además de medios materiales. La escenografía, firmada por Massimo Checchetto, es de una simplicidad extrema lo que no le resta eficacia. Al contrario, evita las distracciones.
Musicalmente, el tenor Leonardo Cortellazzi que cantaba el papel de Jan tenía la difícil tarea de interpretar las intensas emociones contenidas en el diario con distancia ya que lo hacía como el policía que leía las anotaciones. Consiguió mantener muy bien el difícil equilibrio con una voz de gran belleza. Le acompañaba la mezzosoprano Angela Nicoli como Zefka. Claudio Marino Moretti desgranó al piano toda la gran riqueza y color de la obra de Janacek.
Notícies relacionadesElla era Ángeles Blancas, la soprano que ha hecho de este papel una gran creación y lo ha paseado por muchos grandes teatros. También en Venecia su Ella, en esta ocasión mucho más delirante y enloquecida, mereció grandes aplausos. Francesco Lanzillotta dirigía la orquesta del Teatro La Fenice.
Programa doble visto el 8 de octubre.