Voluntario Olímpico Barcelona 92

En los Juegos Olímpicos de Barcelona fui voluntario en las pruebas de ciclismo, concretamente, en el párking exterior del velódromo y también en el Circuit de Catalunya, durante la prueba contrarreloj por equipos. Aún guardo la acreditación: 413.112/01.

Fue una experiencia muy interesante y agradable. Se respiraba un espíritu de alegría y tranquilidad. En esa época no había los temores actuales y todo se desarroló sin los controles que ahora se ponen para cualquier evento. Aunque sí había control de accesos a las zonas de público, y sobre todo, en la Vila Olímpica.

Recuerdo algunas cosas, por ejemplo, el ensayo general de la ceremonia de apertura de los Juegos, abierta solo a los voluntarios. Para nosotros fue tan emocionante como la ceremonia real de inauguración, que tuvimos que ver por televisión.

En los días laborables, acababa mi jornada laboral y, antes de salir de la oficina, me cambiaba de ropa, me ponía el uniforme de voluntario y me iba hacia el velódromo. Oí, aunque no pude verlo porque estaba fuera de velódromo, cómo anunciaban la primera medalla de España en ciclismo para José Manuel Moreno.

Un día, incluso tuve que llevar a una participante de los Juegos que se quedó rezagada en el velódromo a la Villa Olímpica, y para ello, la organización me dejo una furgoneta donde cargar su bicicleta. Nunca había conducido algo más grande que un turismo.

Por primera vez visité el Circuit de Catalunya y, aparte del trabajo que allí tuvimos que hacer, tuve la suerte de estar cerca y oír un discurso de Jack Delors, por entonces Presidente de la Comisión Europea.

El ambiente de trabajo era muy bueno, con algún estrés en el momento de la llegada de autoridades, pero sin que esto afectara al buen rollo que había entre nosotros, los voluntarios.