Sexo, traumas y penas de cárcel

El sexo es difícil de judicializar. Ser iguales ante la ley y tan dispares ante el sexo... no encaja con facilidad. Hay quien asume por normales relaciones que dejarían un profundo trauma a otras. Dominación, sexo en grupo...una lista interminable.

Hay quien sufre traumas por acercamientos bastante respetuosos, y quien busca el límite en sus relaciones voluntariamente. Cada uno vive tiene sus éxitos y fracasos al explorar su sexualidad. Desarrollarse siempre involucra un riesgo, en cualquier ámbito de la vida.   

No creo que el problema de este macrojuicio popular sea el machismo. Es problema de desigualdad. La diferencia de madurez, de autoconocimiento, de fase vital, de estado anímico, de vulnerabilidad, puede causar graves traumas sexuales que nada tienen que ver con delitos.

Y no por ello han podido ser traumas de libro. Sin violencia manifiesta, y sin daños físicos demostrables, nos equivocamos si enviamos a nueve años a cualquiera a la cárcel. 

Nadie culpa a la víctima de un trauma sufrido. Solamente es reconocer que la Justicia no es el actor ideal para la educación y el control de nuestras conductas sexuales.

Se nos han juntado el exceso de filtraciones, las redes sociales y una frustración post crisis no resuelta. Y queremos apedrear en la plaza del pueblo a unos violentos y malvados violadores en grupo...pero nos equivocamos.