"Lo que me preocupa de la inteligencia artificial (IA) es la falta de preparación"

Como ciudadano que observa con inquietud y curiosidad los avances tecnológicos, no puedo dejar de preguntarme hacia dónde nos lleva la inteligencia artificial. En mi opinión, la IA no es una amenaza inevitable, sino una herramienta poderosa cuya influencia dependerá de cómo decidamos integrarla en nuestras vidas.

No niego que muchos empleos desaparecerán, especialmente aquellos más repetitivos o mecánicos. Pero también creo que surgirán nuevos perfiles profesionales, centrados en la creatividad, la gestión del conocimiento y las habilidades humanas.

Lo que realmente preocupa no es la tecnología sino la falta de preparación. La transición que estamos viviendo exige una apuesta firme por la educación continua, la adaptación laboral y una reflexión ética profunda. No podemos permitir que la IA avance sin un marco humano que garantice la equidad y la dignidad en el trabajo.

La IA no debería sustituirnos sino potenciarnos. Puede ayudarnos a trabajar mejor, a tomar decisiones más informadas, incluso a tener más tiempo para lo que realmente importa. Pero para que eso ocurra, necesitamos voluntad política, visión de futuro y, sobre todo, humanidad.

Si dejamos que el mercado decida solo, perderemos una gran oportunidad.