Parece que no, pero los adolescentes nos necesitan

A menudo leo los escritos de Jaume Funes. Este psicólogo conoce la adolescencia. La vitalidad, la inseguridad y la dureza aparente de los adolescentes. A partir de las aportaciones del psicólogo mencionado, y pensando en los profesores de los institutos, hago la siguiente reflexión: ¿Se imagina una madre preparando la comida sin considerar la edad de su hijo, o un cocinero preparando sus platos sin pensar en los gustos de sus clientes, o el especialista de un hospital preparando el menú sin pensar en las dificultades digestivas de los pacientes. O, incluso, ¿se imaginan un escritor escribiendo un libro sin pensar en sus lectores potenciales?

Digo todo esto porque hace unas semanas, un profesor de un instituto de Barcelona, después de hablarme del desinterés de sus alumnos, me dijo un poco enfadado lo siguiente: "Yo soy profesor de matemáticas. A mí me han contratado para enseñar matemáticas". Dicho esto, y en el marco de todas las aportaciones del especialista mencionado, añado: el adolescente parece saberlo todo, pero a menudo siente una profunda inseguridad, y no necesita nuestros consejos, pero sí nuestra disponibilidad. Parece no necesitarnos, sin embargo, necesita ser aceptado, a pesar de sus defectos. Parece que no necesita a nadie, pero sí nos necesita para reflexionar después de haberse equivocado. Parece que rechaza los límites, sin embargo, no es así, los necesita, aunque también puede necesitar saltarse algunos.