"Ante la mentira, saquemos nuestro espíritu crítico y frenemos a los pseudopolíticos en las urnas"

Es mentira que las mujeres ejerzamos violencia contra nuestras parejas e hijos de la misma forma que lo hace un porcentaje demasiado alto de hombres, si así fuera, las cosas quizás serían muy diferentes con leyes y penas implacables hacia nosotras.

Es mentira que toda la inmigración que llega sean unos delincuentes que vienen a robar, atacar a nuestros hijos, quedarse con nuestros trabajos... Vienen como nosotros nos fuimos hace años a buscar vidas mejores, hacer los peores trabajos y a paliar poblaciones envejecidas. La realidad es que los necesitamos.

Es mentira que pagar menos impuestos nos beneficia, lo hace con las clases altas y poderosas que no necesitan los servicios públicos y que viven en burbujas que nada tienen que ver con la gran masa de gente obrera que conforma nuestro país. Menos impuestos igual a peor sanidad, peor educación, peores infraestructuras, más déficit social...

Es mentira que la cultura no sirve para nada y que la naturaleza no está en peligro. Las dos son nuestra salvacion cuando no hay nada más, acordémonos durante la pandemia, encerrados entre cuatro paredes, todos pensando en ríos, montañas, playa, mar... Y sin los libros, la música, el cine, ¿qué hubiera sido de muchos de nosotros? Estamos obligados a cuidarlas y protegerlas.

Es mentira que la diversidad nos perjudica, al contrario, nos hace más grandes, nos enriquece como personas y como sociedad. Respetando al diferente nos estamos respetando a nosotros mismos.

Difundir y fomentar todas estas y otras mentiras por parte de cierta clase política es grave e irresponsable y los convierte en cómplices y colaboradores necesarios de todas las consecuencias que de ellas se produzcan. A nosotros, lo único que nos queda es alimentar nuestro espíritu crítico y sobre todo el de nuestros hijos y parar a estos pseudopolíticos en las urnas.