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"Sin un esfuerzo por reconstruir diálogo y confianza, la democracia en España se debilitará"

El hemiciclo del Congreso de los Diputados. / EFE

El hemiciclo del Congreso de los Diputados. / EFE

Mientras avanzo en la lectura de 'Línea de fuego', de Pérez-Reverte, no puedo evitar parar de vez en cuando para reflexionar. Me imagino la España de hace casi un siglo: un país desgarrado por la Guerra Civil, marcado por la devastación de la posguerra y por décadas de dictadura. La democracia llegó después como un acuerdo colectivo, una decisión compartida que permitió convivir, dialogar y construir juntos.

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Hoy, siento que ese espíritu se está perdiendo. La unidad que sostuvo a generaciones parece diluirse en discusiones que enfrentan más de lo que unen. La polarización que vivimos no es casual. Surge de años de decisiones políticas cortoplacistas, de una gestión que prioriza la confrontación sobre la construcción, y de un uso del pasado como herramienta para dividir.

La política se ha convertido en espectáculo, y la ciudadanía observa, cansada y desconfiada, cómo los consensos que sostuvieron la transición se deshacen mientras los problemas reales se aplazan. Yuval Noah Harari, historiador israelí, habla de los órdenes intersubjetivos: estructuras simbólicas compartidas que sostienen la cohesión social. España ha perdido gran parte de esos órdenes.

La manipulación emocional, la instrumentalización del pasado y la ausencia de diálogo fracturan nuestra capacidad de entendimiento. La crispación no es un accidente; es resultado de un modelo que privilegia la división sobre la comunidad. Si seguimos así, vislumbro un país donde la política estará cada vez más dominada por la fragmentación y la polarización.

La gobernabilidad será inestable, los consensos se debilitarán y la sociedad se acostumbrará a vivir en tensión permanente. Sin un esfuerzo real por reconstruir diálogo y confianza, España corre el riesgo de una democracia debilitada, donde los extremos marquen la agenda y la construcción de un proyecto común quede cada vez más lejos.

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