"No lo puedo comprender"

Perder la confianza en un amigo, familiar o un líder político es algo común. A mí me ocurrió con Artur Mas en el momento que empezó a desviarse, y fue entonces cuando me aparte de Convergència i Unió. No soporté aquellos trascendentales cambios de rumbo. Y ahora, salvando las distancias y las múltiples diferencias existentes entre ambos casos, no entiendo cómo tantos republicanos adictos a Donald Trump continúan riéndole las gracias, cuando él ya ha mostrado de manera clara y contundente quién es y hacia dónde se dirige.

Que hombres enmascarados deporten a inmigrantes; que el ejército aparezca en las calles de Washington; que presione tendenciosamente a medios de información, universidades, y bufetes de juristas importantes, mientras él va bailando tontamente en público y su familia se enriquece de manera espectacular, son hechos que indican con claridad que Trump no es una persona de fiar.

Puedo llegar a entender que, debido a la flojedad del Partido Demócrata, Trump ganara las elecciones. Sin embargo, ahora, cuando ya todos sabemos que Trump es una persona confundida y peligrosa, me resulta incomprensible que en los EEUU haya todavía tanta gente adulándole. No lo puedo comprender.