¿Barcelona, qué te han hecho?

Preciosa mía, ¿qué te han hecho? Te prometo que cada día se me rompe un poquito más el corazón por ti. Porque te maltratan, porque te insultan y porque te ensucian con sangre y mucho miedo.

¿Qué te han hecho para que ya no brilles como lo hacías antes? ¿Qué te han hecho para que, de repente, quienes paseábamos por tus preciosos y recónditos callejones con calma y admiración ahora solo los temamos? Dime, ¿por qué ahora tengo miedo de alguna gente y temo caminar por las mismas calles donde tranquilamente me criaste?

Yo, que nunca he sido de chulear, tengo que reconocer que me he pavoneado toda la vida de mi ciudad, presumiendo y explicando las múltiples razones por las cuales no hay en el mundo capital mejor que Barcelona. Donde fuera que estaba, allá donde iba, siempre he dejado en mis pasos el orgullo barcelonés. Y sé que, como yo, hay muchos más que han paseado este orgullo por todo el mundo. El orgullo de saber que tienes la gran suerte de vivir y disfrutar de una Barcelona que se viste de rosas cada año por Sant Jordi, que compra su comida en los mejores mercados y que se baña, nada más ni nada menos, que en el Mediterráneo.

¿Qué te han hecho, preciosa mía? Si supieras lo que yo te quiero... Si ellos te quisieran tan solo un cuarto de lo que te queremos todos los que admiramos y amamos cada centímetro de tu suelo. ¡Cómo cambiaría el cuento!

¿Qué has hecho tú para merecer este trato más que dar la bienvenida a todos los que te visitan y calor a los que te habitan? Malditos sean los que han abusado tanto de ti durante tantos años, malditos los que te han explotado desmesuradamente hasta que te has desbordado hasta perder el control.

De barcelonesa a Barcelona, solo te pido que ahora que estás tan débil no te rindas, sé que volverás a brillar. Y no lo hagas por los que vienen y van, no lo hagas por los que ahora empezarán a darte la espalda para visitar lugares más seguros, no. Hazlo por nosotros, por los de siempre, por los de casa, por los que nos duele de verdad en el corazón que te maltraten, te insulten y te ensucien.

Ojalá pase rápido este negro verano y te dejen tranquila. Nosotros seguiremos mimándote, alabándote y protegiéndote hasta que aquellos que tienen mucho más poder lo usen para cuidarte y tengas tiempo de sanar todas tus heridas para volver a ser nuestra Barcelona de siempre.