Apertura del año judicial: "Los discursos de leales miembros del Tribunal Supremo eran casi totalitarios"

Yo quiero etiquetar a los que han hablado al Rey desde el Alto Tribunal Supremo, algún juez y algún fiscal de alta responsabilidad. Como dijo el sabio Tribunal Supremo: "Cuando en el pueblo hay confusión, aparecen los leales". Lo interpreto como signo de cierta parcialidad a favor de la autoridad. 

En nuestro refranero decimos: "A quien buen árbol se arrima, buena sombra se procura". La implementación de los Derechos Humanos en España es francamente pobre y deficiente; eso sí, está escrito en el preámbulo de la Constitución del 78. España en una gran parte de sus leyes, normas y órdenes de gobierno y de policía no integra los derechos humanos, ni en el respeto a la propiedad privada ni en el respeto a la libertad de expresión, ni por el respeto y cuidado al ciudadano agredido. 

Hay desigualdad en muchos niveles, desigualdad protegida por la ley, simplemente desigualdad entre políticos y ciudadanos. En la apertura del año judicial, los españoles hemos asistido a unos discursos de leales miembros del Alto Tribunal Supremo que se muestran casi totalitarios. Obvian por completo los mensajes tan claros que se reflejan en las sentencias del proceso de Nürenberg, y de las que se extrae el cómo y el por qué es justo desobedecer las leyes y las órdenes de gobierno y de los mandos superiores cuando atacan los derechos del hombre. 

Por no haber desobedecido fueron sentenciados militares, jueces y funcionarios en una Alemania en la que, para sobrevivir dentro del gobierno, debías convertirte en leal servidor y cumplidor de la ley, o quizás exiliarte o acabar en prisión o fusilado por desacato.