Me entristece el Raval: Recuerdos de cuando el taxi unía a sectores que convivían y no se conocían

La realidad social de Barcelona reflejada en los medios de comunicación me trasladan a un momento concreto de mi vida profesional como taxista, y me reconforta saber que las actividades que realizamos un puñado de compañeros marcaron un posicionamiento que representó una apuesta del sector del taxi por una ciudad más humanizada, uniendo sectores que convivían y no se conocían. Muchos medios, incluido El Periódico, dejaron constancia de nuestro proceder.

El primer paso que dimos y el más importante fue con el Casal dels Infants del Raval. El Día del Taxi, nombre que pusieron los niños del Casal a la jornada de convivencia, se convirtió en una tradición que se superaba cada año. A estas alturas, ya hubiéramos realizado la 24ª edición y estaríamos preparando el 25º aniversario en el 2020, una linda oportunidad para repasar un cuarto de siglo apostando por la convivencia.

Aún recuerdo el reportaje a aquella niña emocionada que a sus 12 años había subido por primera vez en un taxi para ir, también por primera vez, al Parque de Atracciones del Tibidabo.

No pudo ser, solo llegamos a los 10 años. Nos ahogó la burocracia y la desidia de algunos.

Hoy, quiero agradecer y animar a la gente del Casal dels Infants del Raval que nos dio cariño y alegría. Conocimos los problemas que encontraban en el ejercicio de tan admirable labor social e imaginamos los que afrontan en estos días. Por esto les brindamos nuestro más sincero aliento y todo nuestro cariño. Juntos hemos aprendido que "el odio no construye".

Necesitaba decirlo, me estoy haciendo mayor.

¡Gracias!