El imperturbable entrenador del Espanyol

Qué lejos quedan las palabras pronunciadas por el actual propietario del Espanyol al hacerse cargo de las acciones del club, cuando dijo que en tres años el equipo jugaría la Champions. Esto, de momento, parece lejano, bastante lejano. Pero hay que tomar decisiones ahora que aún se está a tiempo.

Vi la primera parte (no fui capaz de soportar la segunda) del partido Betis-Espanyol. Todo un recital de despropósitos. Sin sistema de juego, sin táctica, sin estrategia alguna, con pelotazos hacia adelante que iban a parar a los pies de los defensores béticos o a las manos de su portero, sin que ni a Gerard Moreno o a Baptistao les llegase un balón en condiciones.

Y allí en la banda, imperturbable, como si nada del desbarajuste que existía entre los jugadores del Espanyol, entregando más pelotas al contrario que a sus propios compañeros, tuviera algo que ver con él, el entrenador Quique Sánchez Flores. Pero hay tiempo para tomar decisiones. El Espanyol está a salvo de descender a Segunda División. Quizá no lo está por sus propios méritos sino por los deméritos de esos tres equipos que ya parecen condenados al descenso. Pero hay que tomar una decisión importante y que no es otra que un cambio de entrenador. Hay tiempo para hacerlo. No hay que precipitarse. Pero hay que romper esa inercia, ese conformismo que se ha apoderado del equipo. Y eso pasa por un cambio de entrenador y algunos refuerzos en defensa y medio campo. Usted, señor Chen Yansheng, tiene la palabra.