Día del Libro: "¿Alguien se cree que regalar un libro una vez al año va a cambiar algo?"

Cada 23 de abril celebramos el Día del Libro entre rosas, descuentos, escaparates y ferias llenas de novedades. Pero, ¿de qué sirve celebrar este día si cada vez hay menos lectores? Especialmente entre los jóvenes, la lectura está dejando de ser un hábito para convertirse en una excepción.

Y no, no es solo culpa de las redes sociales o de los móviles: también lo es de un sistema educativo que muchas veces mata el placer de leer a base de lecturas impuestas, poco conectadas con la realidad de los estudiantes. Aún recuerdo cuando con 12 años me mandaron a leer 'Don Quijote de la Mancha'.

Como lector, me preocupa ver cómo mis compañeros asocian los libros con exámenes, trabajos o aburrimiento. Se habla mucho de la "crisis de la lectura", pero poco se hace por solucionarla. ¿De verdad alguien cree que regalar un libro una vez al año va a cambiar algo?

Leer no debería ser un acto heroico ni un hábito de minorías. Leer es fundamental para pensar con libertad, para cuestionar lo que nos rodea e incluso para imaginar otras formas de vivir. Sin embargo, en vez de acercar los libros a los jóvenes, muchas veces se les aleja con discursos elitistas o con una visión anticuada de la literatura.

Este Día del Libro, más que celebrar, yo invitaría a hacer autocrítica. ¿Qué estamos haciendo para que los jóvenes lean? ¿Qué espacios les damos para descubrir que también hay libros para ellos, con sus lenguajes, sus temas, sus voces...?

Leer sigue siendo un acto profundamente revolucionario, pero para que lo siga siendo, necesitamos que las nuevas generaciones no solo lo vean como una obligación, sino como una posibilidad.