A Anna Gabriel y Mireia Vehí: El escrache es una herramienta contra la paz

Me dirijo a las diputadas Anna Gabriel y Mireia Vehí como ciudadano de Catalunya para, en relación con el escrache en la sede del PPC, plantearles las siguientes consideraciones:

1. Con su apoyo presencial a Arran, traicionan ustedes el siguiente principio de la CUP: ‘voluntat transformadora que lluiten per la llibertat del nostre poble, amb la intenció de ser un espai de confluència dels moviments cívics i populars’. Remarco ‘moviments cívics’, al ser lo contrario el escrache al PPC realizado por Arran.

2. Su deber moral para con Arran, organización que en su ideario incluye la ‘lluita antifeixista’ y ‘l’educació pública i popular’, es inculcarles el pacifismo y conseguir victorias, o la independencia, solo a través de los votos y nunca por coacción, vehemencia o violencia.

3. Recuerden que son ustedes diputados del Parlament de Catalunya, institución que, ya cuando se constituyó en 1027, inicia su andadura con las ‘Assemblees de Pau i Treva’, que incitaban a todo menos a la violencia, y que exigían a sus miembros (luego diputados) ser, por encima de todo, pacíficos; en los ‘Usatges de Barcelona’ solo se promulgaba la paz. Y así, desde entonces… Y yo, como ciudadano catalán, exijo que nadie que incite a la violencia se siente como diputado en el Parlament.

4. Diputada Gabriel, es usted educadora social y profesora de Historia del Derecho. Dígame usted en qué lección, en qué seminario… ha impartido usted la docencia del escrache contra los que piensan de manera diferente. Me atrevo a afirmar que nunca ha impartido esa docencia…

5. Diputada Vehí, es usted una experta en derechos humanos y en culturas no europeas. Dígame usted cuándo a colectivos africanos o kurdos, por ejemplo, les ha recomendado usted el escrache de una cultura contra otra. Nunca, estoy seguro.

En definitiva, no debería ser el escrache una herramienta. Al utilizarlo, sacrifican ustedes el arma de la paz para conseguir como diputadas que su causa triunfe alguna vez. Y perdonen que sea reiterativo, pero no quiero -tengo el derecho a no quererlo- que nadie que se siente en la ‘Assemblea de Pau’ no esté de acuerdo con ella, con la Paz.