Contingut d'usuari Aquest contingut ha estat redactat per un usuari d'El Periódico i revisat, abans de publicar-se, per la redacció d'El Periódico.

Ahora más que nunca, justicia climática

zentauroepp52560231 berlin  germany   29 02 2020   climate activists protest bef200303192019

zentauroepp52560231 berlin germany 29 02 2020 climate activists protest bef200303192019 / HAYOUNG JEON

La verdad es que lo que está ocurriendo es historia. Hay un tercio de la humanidad confinada en sus casas -quien tenga- en mitad de una pandemia global. En su mayoría, los países que han decretado el estado de alarma y han prohibido salir a las calles y paralizarlo todo son los occidentales. Los ricos. Los desarrollados. Y también los que más contaminan.

Y es que solo con unas semanas, la naturaleza habla y respira. Esto nos debe hacer recordar que no vivimos solos en el planeta. Una vez vi una simulación sobre cómo quedarían ciudades como Nueva York, París o Madrid si los humanos desapareciésemos, y en solo 50 años volvería a reinar la naturaleza.

Es evidente que el mal lo provocamos nosotros. Pero ahí radica la clave: el mal lo provocamos nosotros, ¡no somos nosotros! Decir eso es muy radical. De hecho, va acorde a ideologías cercanas al 'ecofascismo' que, como bien deja intuir el nombre, no son muy tolerantes. Una actitud como esta en toda regla diría que "la verdadera pandemia es el ser humano" o que "deberíamos extinguirnos".

Llevo un año formando parte del movimiento de Fridays For Future de mi ciudad, y defendemos con denuedo que cuando esto acabe no debe volver la normalidad. La normalidad debería ser que viviésemos de acuerdo a nuestras posibilidades, sin tomar más recursos de los que podemos al planeta, sin ciudades recubiertas de mantos de polución y respetando a todos los seres vivos con los que convivimos. Eso debería ser la normalidad.

Esta crisis nos debe hacer reflexionar y alentarnos a optar por una nueva forma de vivir. El ser humano es compatible con el planeta, pero claramente de una forma distinta a la actual.

Es la hora de que la generación que está al timón de la civilización dedica coger un nuevo rumbo, porque quizá, cuando nos toque a la siguiente, sea ya demasiado tarde. Por ello, defenderemos a fortiori ahora más que nunca a la justicia climática y la necesidad de un cambio en el modelo de producción y consumo.

Participacions delslectors

Mésdebats