En el 22@

Barcelona estrenará en otoño un centro de entreno para equipos de élite de eSports

Barcelona estrenará en otoño un centro de entreno para equipos de élite de eSports

Jordi Cotrina

5
Es llegeix en minuts
Gisela Macedo
Gisela Macedo

Periodista

Ubicada/t a Barcelona

ver +

“El CAR de Sant Cugat de los videojuegos” es lo que aspira a ser la nueva gran infraestructura que, entre septiembre y octubre de este año, se inaugurará en la ciudad de Barcelona. Se trata del Barcelona International Gaming Center (BIG C), un centro de alto rendimiento de eSports, donde equipos de todo el mundo entrenarán en condiciones de alto nivel. Asimismo, en este espacio situado en una gran nave en el 22@, se celebrarán competiciones y torneos profesionales y amateur, eventos, exposiciones y proyectos educativos con extraescolares y casales de verano para niños a partir de siete años.

Se trata de una infraestructura que hasta ahora no existía en la capital catalana, y que ha sido la que han elegido tanto el Barça como Ibai Llanos para crear y presentar a sus respectivos equipos de deportes electrónicos. “Para crecer, el sector necesita la base, la infraestructura, y en España ahora solo hay BIG C que pueda ofrecer esto”, asegura su dueño y fundador, Jean Sebastian Ventura, en una entrevista con EL PERIÓDICO.

Quien todavía piense que los eSports son para un grupo de “frikis” encerrados en sus habitaciones, anda muy desubicado. El mundo competitivo del videojuego dio el gran ‘boom’ en la pandemia y todavía sigue en crecimiento, tanto a nivel de equipos como de seguidores. En el 2022, la suma de las audiencias de las competiciones de deportes electrónicos fue de 260 millones de espectadores y 270 millones más ocasionales, según datos del sector.

Como en el deporte tradicional, los jugadores de eSports requieren de una dedicación exclusiva para prepararse para ganar las competiciones. Los grandes equipos, con presupuestos de decenas de millones de euros anuales, tienen detrás entrenadores, analistas, nutricionistas y psicólogos. Estos serán los que acogerá el nuevo centro de Barcelona. “En el BIG C estos equipos pasarán semanas, meses o temporadas enteras haciendo esta preparación”, cuenta Ventura. Dentro de sus instalaciones de 7.000 metros cuadrados hay un gimnasio de artes marciales -pensado para controlar el estrés de los jugadores y mantenerlos en buena forma física- y una cocina industrial con un chef que adapta los menús a sus necesidades. 

“Hay pocos equipos que se pueden permitir este tipo de centro. 50 en el mundo, no más. En este tipo de deporte también hay poca élite y mucha vocación”, explica Ventura.

Con esta infraestructura, el BIG C pretende poner a Barcelona en el mapa de los eSports, ya que en Europa son los países nórdicos los que dominan el sector. “La idea es atraer a los equipos más grandes del mundo y celebrar los eventos más grandes en Barcelona. Intentar cambiar el chip del norte de Europa y hacer cosas aquí en Barcelona, que es una capital mundial del deporte y marca muy potente. Queremos contribuir a que la ciudad sea marca mundial de los eSports y los videojuegos”, asevera Ventura. Según datos de Turisme Barcelona, el turismo deportivo representa el 20% del total que visita la ciudad, y este tipo de visitante se aloja más días y gasta más que la media.

Este mismo punto de vista es el que comparten tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Barcelona, que han dado "apoyo total" a la creación del BIG C en Barceloa. “Han entendido el potencial del videojuego para motivar a los jóvenes a educarse y a hacer deporte, y ven a los eSports como un deporte internacional para conectar la marca Barcelona con la generación Z y los millennials”, cuenta ventura, quien explica que Acció y Barcelona Activa le ayudaron a encontrar este gran espacio en el 22@.

La vida del juagador profesional

Los jugadores de eSports tienen edades comprendidas entre los 16 y 30 años. Cuando alcanzan en la treintena, suelen retirarse por agotamiento o lesiones. Muchos no aguantan por la presión mental y física, y también acarrean problemas de ojos secos, dolor de muñecas, u otras molestias físicas según el deporte electrónico al que se dediquen. 

Entrenan seis días a la semana, aunque a veces en su día libre también aprovechan para entrenar solos. Su jornada empieza sobre las diez de la mañana y termina a las once de la noche. Tienen varias sesiones tácticas, cuentan con un analista con el que planean cómo jugarán el siguiente partido, juegan amistosos de entrenamiento con otros equipos y hacen ejercicio físico y sesiones para “hacer equipo”.

Muchos se preguntarán cuánto cobran. Lo cierto es que no es un asunto donde reine la igualdad. “Los jugadores 'top' de Corea, Rusia o Ucrania no cobran mucho menos que Messi o Cristiano Ronaldo. Millones o decenas de millones de euros al año, entre patrocinadores y competiciones”, apunta Ventura, aunque matiza que “la media está entre los 3.000 y los 10.000 euros al mes”. Eso sí, siempre hablando de grandes equipos. En otros más modestos, los jóvenes que tratan de hacerse un hueco en la profesión se encuentran con la precariedad que supone entrenar un gran número de horas a cambio de mucho menos dinero. 

"La Masía de los eSports": extraescolares y casales infantiles

Notícies relacionades

A pesar de ser un sector que ya mueve a tantas personas, no hay que pasar por alto el recelo con el que ciertas generaciones ven el mundo de los eSports, que observan con desconfianza cómo esos chicos se pasan horas delante de una pantalla. Prejuicios que no impiden que algunos niños estén pensando en dedicarse a los eSports de mayores, aunque “ningún padre quiere que su hijo sea jugador profesional de videojuegos”, asume Ventura. Con la voluntad de cambiar esta percepción y normalizar la actividad, desde el BIG C también han puesto en marcha un programa educativo con el que harán, durante el verano, un campus para chicos y chicas de 7 a 18 años para el que ya tienen alrededor de un centenar de inscritos.

Cuando empiece el nuevo curso, habrá actividades extraescolares relacionadas con los eSports. Este año han hecho su "prueba piloto" con diez niños, con quienes aseguran la experiencia ha sido “muy buena”. “Vienen dos días a la semana durante una hora y media. Hacen boxeo, videojuego competitivo y también aprenden programación”. Su objetivo para el curso 2023-2024 es llegar al centenar de inscritos y, entre ellos, detectar talentos para formar a posibles futuros profesionales. “Es como la Masía”, expresa su CEO.