Entrevista Quo Vadis BCN

Philip Stanton: "El amarillo chillón no refleja la Barcelona de los grandes diseñadores"

Norteamericano de Barcelona con 33 años de arraigo, este artista múltiple -pintor, diseñador y profesor-, explotará su talento en el regreso de la feria de los móviles el 28-J mientras disfruta de expo en la galería Bardanas y retrospectiva, en la Mercè Sala, del mural con el que TMB brindó por los sanitarios en lo peor de la pandemia. 

Philip Stanton: "El amarillo chillón no refleja la Barcelona de los grandes diseñadores"

JOAN CORTADELLAS

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Iosu de la Torre
Iosu de la Torre

Coordinador de Podcast.

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-El FAD determinó hace años que el color de BCN era el sardina, un pez plata. Si miras Barcelona desde el cielo es de un color grisáceo. Para mí el color de Barcelona es azul, un azul cobalto, ¿por qué? La ciudad me transmite eso.

-Su paleta de colores es muy viva. Y mucho más en los últimos años.

-Esa Barcelona existe, ¿es solo la suya? Existe y es la mía. Existe esta ciudad colorista como existen otras Barcelonas. La del Gòtic, que ilustro menos, la de la Diagonal... Por mi pasión gaudiniana me concentro en elementos arquitectónicos y urbanísticos. 

-Es la ciudad que desea. No soy nada pretencioso. Quiero una Barcelona limpia, feliz, alegre, solidaria, donde puede coexistir ir en moto, ir en bici, ¡ir en coche!, en trasporte público... A veces veo que se mezclan menos las cosas que antes. Qué época la de las olimpiadas que se hacía de todo. Seguimos siendo una ciudad con mucha gente que viene de fuera, o como yo que llevan muchos años en ella y somos barceloneses.

-Habla de cuando éramos jóvenes, ¿cuál es la mirada de sus hijos? Mi hija pequeña vive aquí, trabaja con una 'star up' de aquí que vende en todo el mundo, y ve esta Barcelona a la que mucha gente quiere venir. Ven una ciudad positiva, estamos recuperando la marca Barcelona que durante un tiempo había perdido brillo.

-¿Y qué siente ante el 'amarillo Colau' en algunas calles? La alcaldesa me parece genial, el color que han usado para pintar todo no me gusta tanto. El verdes de las esquinas, el azul...

-El primer día que vio ese amarillo que pensó? Qué horror...

-¿Y un año después? Estoy más acostumbrado. Entiendo que hayan usado el amarillo porque es de aviso, con esos bloques de hormigón que protegen las nuevas terrazas.

"Este nuevo urbanismo tiene cosas buenas y además se va a quedar. Es el momento de hacer bonito el espacio público conquistado"

-Propondría un color alternativo? Yo haría un planteamiento alternativo. Propondría utilizar el color de otra manera. Barcelona sigue siendo una ciudad de diseño, con grandes diseñadores y diseñadoras, y este amarillo chillón no refleja lo que tenemos. Este nuevo urbanismo tiene cosas buenas y además se va a quedar. Ahora es el momento de hacer bonito el espacio público conquistado.

-Alguna buena idea en su libreta. Ideas tengo, claro, pero no quiero insultar a nadie. Alguien ha puesto mucho trabajo y esfuerzo en ello y yo lo respeto, no sé quiénes son ellos. Ahora es el momento de replantearlo un poco.

-Durante la pandemia se apagaron los colores? Los míos, no. Es curioso, yo era uno de esos locos que sabía que esto iba a venir, cuando China construía un hospital en una semana se veía que aquello llegaría aquí y nos trataría muy mal por el tipo de sociedad que tenemos, de besos, de abrazos, de compartir cervezas... Todas las cosas que a mí me encantan. Soy muy previsor, comencé a salir antes que nadie con mascarilla, buff, la gente me miraba mal. Y previsor también porque fui a comprar un montón de telas, de pinturas, tenía el estudio lleno para trabajar y no pinté nada. Durante dos meses no pinté nada.

-El confinamiento del artista. Yo no soy solo artista, soy diseñador y profesor. Tengo dos grupos de grado y posgrado en la escuela Eina y de repente teníamos que hacer las clases en on line, monté una cuenta de instagram para que mis alumnos pudiera cada día colgar algo, autogestionándolo, representando su vida durante la pandemia.

-¿Ellos que decían? Hay de todo, humor, tristeza, creatividad pura, experimentación. Para mí fueron héroes. Cada viernes nos veíamos en on line y dibujábamos, gente en Vilafranca, en Chile, de Canadá, que se levantaban de madrugada para hacer la clase y salir a dibujar lo que teníamos delante. Yo, en la plaza de John Lennon, tengo mi estudio allí.

-¿Qué harán con ese material? Está colgado, en instagram, en @adrawingaday_einabcn, la gente puede entrar y mirarlo. Es un documento histórico, pequeñito, cada uno en su propia parcela. Requirió muchísimo trabajo.

-Luego llegó el homenaje a los sanitarios en el metro. Es el proyecto más emotivo que he tenido en muchos años. Desde TMB propusieron que pintara un mural cerca de un hospital público para dar las gracias. Elegimos la parada que da a la zona nueva del Sant Pau. Era complicado. Me ayudaron ocho alumnos de la escuela...

-Una experiencia única. Fue súperbonito, hubo gente que pasaba cada día para saludarnos mientras trabajábamos. Hubo comentarios generosos, muy agradecidos a los sanitarios.

-¿Qua Vadis Barcelona? ¿A dónde va? Hacia adelante. Con ganas de salir, de volver a enseñar al mundo que tiene muchas cosas que ofrecer. Los amigos que tengo en otras partes del mundo tienen ganas de venir ya...

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-En su condición de músico, proponga una canción para pasear por Barcelona. Cuando preparaba el mural de TMB escuchaba, en plan trance, el '50 Palos' de Jarabe de Palo. Lo puse todos los días mientras pintábamos. Pondría 'Eso que tú me das', la que regaló a su hija. Una canción que expresa un positivismo único, un poco como Matisse, que reinventó su creatividad a los 80 años en silla de ruedas, enfermo de cáncer.

-Hasta la próxima, míster Stanton. Me voy de paseo por la plaza Cerdà con 'Eso que tú me das' en los auriculares. Mejor con todo el disco.

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