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Es llegeix en minuts

- ¿Te puedes creer lo que me preguntó mi marido el otro día?

- ¿Qué te preguntó?

- ¿Te importa si te doy un par de azotes en el culo?"

Fui testimonio de esta conversación, real como la vida misma, hace un par de años, en pleno apogeo del éxito editorial de las '50 sombras de Grey'. Esta conversación ocurrió entre los padres de los niños de una misma clase durante una fiesta de cumpleaños de uno de los niños; padres que se conocían desde hacía apenas unos meses.

He de reconocerle dos méritos a E. L. James. El primero de ellos es el de despertar el interés por la lectura en numerosas personas que no suelen hacerlo. El segundo de ellos es el de dotar de una excusa para hablar del sexo a millones de parejas en todo el mundo. Gracias a las perversiones del Sr. Grey, se puede hablar abiertamente del sexo, lo cual es bueno ya que permite a las parejas mejorar su 'performance' en cuestión.

Ahora bien, a parte de los mencionados méritos, creo que la trilogía de James, está haciendo un flaco favor a millones de personas con baja autoestima, inseguridad, inexperiencia en asuntos de pareja y otras casuística relacionadas con la sumisión y la dominancia.

Gracias al ejemplo del Sr. Grey, todas aquellas personas que tienen un perfil dominante, maltratador, sádico, poco respetuoso, con tendencia a abusar indiscriminadamente y a manipular a otras personas en favor de sus propios intereses, han visto como sus perversas y tóxicas prácticas se han legitimado e incluso puesto de moda.

¿Ves? ¿No sé de que te quejas? No estoy haciendo nada raro. Mira es tan normal que han escrito un libro de una persona como yo. No quiero volver a sentir como te quejas.

Una persona dominante y sádica siempre sabrá encontrar a una persona insegura a la que dominar, utilizar y chantajear. El primer paso para poder ser un Sr. Grey en toda regla consiste en buscarte una persona insegura, con baja autoestima, con poca experiencia en temas de pareja y/o sexo o desesperada por encontrar a una pareja a cualquier precio. Una vez que se dispone de un vasallo, esclavo o súbdito, se despersonaliza, se ignoran sus necesidades y se desdibuja su identidad haciendo valer una aparente posición de poder. Yo gano más dinero, yo soy mayor, yo tengo más experiencia, yo soy más fuerte, más listo, más moderno o más guay... Tu a obedecer y a callar. Si haces lo que yo quiero te daré un premio cuando a mi me dé la gana. Yo tengo el poder y aflojaré la cuerda cuando yo quiera para dejarte respirar y para que creas que soy una persona buena y condescendiente.

Finalmente, la persona perversa perpetúa una relación de sexo o de amor tóxica aislando a la persona sumisa de su entorno, no sea que se dé cuenta de que hay otros modelos más respetuosos, donde ambas partes de la pareja se lo pueden pasar bien, no solo una.

Queridos dominadores, queridos dominados. El sexo y el amor es respeto mutuo, es placer compartido, es coordinación de expectativas y prioridades. Da igual si vives el sexo como un simple ejercicio físico, una práctica social o un acto de amor íntimo, pero recuerda que no necesitas infringir dolor ni dominación para disfrutar y hacer disfrutar a tu pareja.

¿Necesitas controlar, dominar o provocar dolor y sufrimiento para disfrutar? ¿En serio? Analiza el motivo. Revisa tus creencias. ¿Acaso, como el Sr. Grey, tienes una mala experiencia amorosa que gestionar? Querido, querida, siempre encontraras a alguien para dominar, pero te animo a que intentes dominarte a ti mismo...

Enamórate, enamórate locamente. Pero con criterio.. No a cualquier precio. No de cualquiera. No todo vale, no olvides que la razón forma parte del amor. El amor romántico te crea falsas expectativas que terminan por romper una relación. Hay quien dice que el enamoramiento desaparece a los tres años de tener una pareja, a los cinco o a los siete, da igual. Existe un amor inicial, más cercano a una atracción que a un sentimiento complejo y elaborado como es el amor. Cualquier objeto deja de atraer una vez que es conocido, por lo que después de conocer la personalidad y el cuerpo de nuestra persona amada, si deseamos seguir enamorados, deberemos pasar a otro plano, un plano afectivo con un origen cognitivo. Permíteme que me explique, después de conocer a una persona en profundidad estamos en condiciones de que nuestra voluntad y nuestra cognición, nos genere una emoción de amor basada en la comunicación, la confianza, el respeto y la libertad de elegir compartir la vida con alguien que nos enriquece y a quien enriquecemos.

De no ser así, la relación de pareja esta destinada al fracaso y a la insatisfacción. Amar no es depender, ni dominar, ni ser dominado, ni luchar, ni doblegar. Amar es compartir, con el corazón y con la cabeza, sintiendo y pensando, contextualizando lo que le ocurre a tu pareja y hablando y expresando tus necesidades a la vez que respetas las de tu pareja. Amar es una elección libre. ¿Lo hemos olvidado?

Si te sientes atado, revisa tu concepto de amor. Encontrar a tu media naranja es muy difícil. Debéis coincidir en el mismo lugar, a la misma hora y estar ambos receptivos y disponibles. Aún así, es difícil que sigáis juntos ya que la vida nos propone continuos cambios de escenario e inesperados retos que exigen que la pareja adapte sus prioridades y que redefina su relación.

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Analiza tu relación de pareja. Analiza si te gusta o no. Analiza si puedes reconducirla o si estás en una vía sin retorno. Analiza si es enriquecedora o tóxica. Analiza si debes luchar por ella o si debes emprender un camino nuevo... Pero créeme, no sigas por seguir. Tampoco cambies por cambiar. No dejes de respetarla. No la engañes. No la utilices. No la maltrates. No seas una pareja tóxica. No sigas con una pareja tóxica.

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