"El 'true crime' se está convirtiendo en una moda que juega con el duelo de las personas"

El periodismo de sucesos, género que históricamente gozaba de mala fama, gana una inmensa popularidad, alimentando el morbo por la violencia y el dolor ajeno, desvelando lo más escabroso. Se vuelve impúdico y despiadado, al convertirse en una modalidad ociosa.

Los sucesos proyectan el lado más recóndito y oscuro de la naturaleza humana, poniendo al descubierto, de forma descarnada, el mal que nos habita. De un tiempo a esta parte, casos mediáticos escalofriantes saltan a las pantallas de televisión y plataformas con el auge del 'true crime', es decir, la narración de crímenes reales con todo lujo de detalles que cautivan a las audiencias.

Se están cruzando las líneas rojas al interferir gravemente en el duelo de los familiares, propiciando una desafección social para con las víctimas al convertir en protagonistas a los victimarios. Se hurga miserablemente en el sufrimiento ajeno. Se añade dolor al dolor. ¿Cómo es posible que, so pretexto del derecho a la información, se violente el derecho a respetar la intimidad, el duelo, la memoria de las víctimas de tan crueles casos? ¿Dónde queda la dignidad, la ética, el sentimiento de pertenencia a la humanidad? No todo vale.