"Tamames: inteligencia opacada por el afán de protagonismo"

Lo de Ramon Tamames es un un claro ejemplo de inteligencia opacada por el afán de protagonismo. El narcisismo es la seña de identidad de nuestra época. Su contradictoria carrera política parece demostrar que situarse en los extremos es parte de una necesidad de reconocimiento por parte de la sociedad no suficientemente satisfecho.

El reconocimiento otorgado por el mundo académico, por mérito propio, sin duda, no llena el ego del personaje. El creer que puede encarnar cualquier radicalismo que goce del favor de la moda impuesta por la fácil reacción del populismo de moda es también signo de un supremacismo que supuestamente se ha puesto al servicio del pueblo.

O quizás simplemente esto sirva para dar validez al estereotipo de juico popular: “Si eres joven y no te sientes comunista, es que no tienes sentimientos, pero si eres mayor y sigues siéndolo es porque eres idiota”.

Esto desde luego se refiere a los sentimientos de solidaridad y justicia social que suelen albergarse en la juventud. Mientras la experiencia de la vida y los desengaños de muchos dirigentes llamados comunistas, que niegan con los hechos y con su ejemplo las predicas, de que los sacrificios de la libertad individual son un mal necesario por el bien colectivo. El lema de “el fin justifica los medios”.

La experiencia nos enseña que si los métodos no son consonantes con el fin, aquellos se convierten en un fin en sí mismos. También que los extremos se tocan. El izquierdismo extremo tiene los mismos resultados que la extrema derecha.