"Ábalos ha dejado ver su catadura moral, desfachatez y osadía"

Escribía el filósofo romano Séneca que "la suerte es donde confluyen la preparación y la oportunidad". Esta es efímera, pasajera, aleatoria. Viene ello a cuento a raíz de la diligencia de entrada y registro ordenada por el magistrado instructor del Tribunal Supremo -Ábalos es diputado aforado- en el domicilio del investigado.

Según el acta extendida por la Guardia Civil, una exactriz porno que se hallaba en ese domicilio intentó llevarse un disco duro oculto en el pantalón después de que el exministro le indicase que sacase al perro a dar un paseo y cogiera algo para desayunar.

Merced a la diligente actuación de los miembros de la benemérita, perspicaces y sagaces, impidieron que lograse su propósito, interviniendo el dispositivo electrónico en el cacheo. No cabe duda de que Ábalos tentó a la suerte, se expuso y arriesgó.

No debe orillarse que la ley de Enjuiciamiento Criminal contempla como uno de los fines habilitadores de la medida cautelar personal, la prisión provisional, precisamente para evitar la ocultación, alteración o destrucción de las fuentes de prueba relevantes para el enjuiciamiento cuando exista un peligro fundado y concreto.

La escort que le hacía compañía y que presuntamente siguió sus instrucciones colaboró en esa intentona que evidencia la catadura moral del personaje, su desfachatez y osadía.