¿Y si no hay tele?

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La tele además de ser basura para muchos, desinformación para otros y demagogia para el resto, es también a veces el altavoz de pequeñas causas e injusticias sociales, que por el motivo que sea jamás van a ver la luz a no ser que algún programa, en busca de contenido y audiencia, se fijen en ellos y les dediquen una edición mostrando el máximo apoyo y dando todo lujo de detalles para que la gente lo sienta y generen una sensación de injusticia, pena, rabia, alegría, felicidad o incerteza, pero siempre emocionando de una manera u otra.

Hay programas que no les molesta que se les vea el plumero y libremente se muestran como buscadores oficiales de temas candentes, mientras que otros se esconden bajo la máscara de la verdad, la información y la justicia por los cuatro costados, cuando verdaderamente, y al igual que el resto de programas, les interesa sacar unos buenos datos y fidelizar espectadores.

Un ejemplo claro es el caso de 'Salvados', el programa que hace Jordi Évole los domingos por la noche en 'La Sexta'. Al programa y el propio conductor se les vende y se venden como el programa que busca la verdad, que busca la realidad social y que por encima de todo valoran que la gente esté bien informada sobre todo aquello que sucede y que a veces por el motivo que sea se nos escapa de nuestro alcance. El formato es bueno y la técnica posiblemente es inmejorable, pero el hecho de que usen esta capa para defender que lo que hacen es solo informar... Perdona, pero hacéis televisión.

Dicho esto, hoy me meto de pleno en el caso de Zaida Cantera, la Comandante del Ejército que protagonizó el pasado domingo el programa de Évole. Sus palabras me provocaban indignación y mucha rabia. El machismo en si me da asco, pero mucho más cuando este atenta directamente hacía el trabajo, la pasión y la dedicación de una persona y lo que me parece aún peor es que el señor Ministro Morenés, conocedor de todo el caso, de ya por perdido el tema de Zaida pero que si admita que se debe trabajar en la igualdad sexual en nuestras filas. Oye, que esto no son fichas del parchís, lo que usted está obviando y apartando es una persona, una profesional que ha trabajado por su país y que encima ha tenido que aguantar a babosos y altos cargos que lejos de cumplir con sus funciones se han dedicado a fastidiar la libertad y la profesionalidad de muchas personas.

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Además, sin irme de la política, hay algo que me asusta mucho más. El caso de Zaida ha sido recibido por el resto de formaciones políticas con mucho interés, y como es lógico, en la defensa de la oficial pidiendo explicaciones a quien haya hecho falta. Pero, ¿qué pasa si esto no sale en la tele? ¿No hay caso? ¿Se perdona? ¿Se obvia? No lo sé. Llego a la conclusión de que al fin y al cabo no existe la transparencia total, nos enteramos de lo que quieran que sepamos y una vez se destapa, el caso de trata, pero sino posiblemente el caso de Zaida hubiese quedado metido en algún cajón a la espera de ser archivado en esta caja de casos que jamás van a ser abiertos porque a nadie les interesa.

La televisión, la radio, la prensa... Son los medios que usamos para conocer los temas de actualidad, pero no olvidemos que los medios son negocios y que aunque traten de informar, el morbo, la exclusiva y la notoriedad, son ingredientes básicos para su propio beneficio. Es importante transmitir credibilidad, pero igual de importante es vender y lograr beneficios. Se le llama negocio.