Los toros desde la grada

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Aún sigue la resaca del fin de semana perfecto. Eso y el resfriado que he cogido sin quererlo ni beberlo… A raíz de mi columna de la pasada semana pasada, la productora del Debate de Gran Hermano se puso en contacto conmigo para proponerme estar con ellos en dicho programa y dar mis opiniones en relación al concurso, y como ganas no me faltaban, dije que sí.

A partir del jueves, que fue el día que se confirmó mi asistencia en el programa, mi cabeza empezó a pensar como sería el momento, si sabría estar a la altura y lo que es aún más importante, si sabría superar esos errores que yo había achacado anteriormente a los colaboradores del programa. Pensé que ropa ponerme, evitando marcas y atuendo demasiado exagerado, que por otro lado, tampoco va conmigo y preparé mi maleta azul para emprender el domingo por la mañana mi viaje hacía la capital.

El trayecto del Ave se me hizo eterno y nunca acababa, a todo esto se sumaba que yo no sabía para donde tendría que ir una vez en Madrid, pues había decidido alojarme en casa de unos amigos y así aprovechar la jornada para estar con ellos y hacer esa espera menos angustiosa. Me subí al metro, luego busque la calle, la encontré, me acomodé y comentamos un poco la jugada. Luego salimos a comer y me enseñaron la ciudad, a media tarde volvimos al piso para prepararme y sobre las ocho de la tarde me vino a buscar el coche de producción para llevarme hacia los estudios de Mediaset. En el coche entable una agradable conversación con Anselmo, el chofer, y supongo que por los nervios o por la curiosidad lo sometí a una entrevista de tercer grado, donde le pregunté por su trabajo, a quién había llevado, si era maja la gente de la tele e incluso le pregunté por el ébola, ya sabéis para sacar algún tema de actualidad.

A pocos minutos de llegar al recinto de la tele Anselmo me señaló con el dedo los estudios y me cayó una fina lagrimilla de emoción, pues cada vez estaba más cerca de lo que yo tanto había soñado. Al llegar me pidieron el DNI, esperé un poco y luego una chica muy agradable me acompañó a la sala donde esperábamos todos los colaboradores que íbamos a participar en el programa de esa noche. Allí cenamos algo y nos contaron los temas puntales de la noche y de mientras yo visualice a la gente de mi grada, vi que algunos ya no estaban y que se sumaban de nuevos, como mi amiga Alejandra Castelló o la incansable Ares Teixidó. Luego cruzamos un largo pasillo y entramos en plató, nos microfonarón y antes de empezar pude presentarme con Jordi González y comentamos mi anterior columna y prometí estar a la altura de lo que ellos esperaban de mí. También decir que en todo momento estuve muy bien cuidado por la directora de cásting y me sentí muy arropado por mis nuevos compañeros, pues todos fueron muy amables, incluso el chico de los estrambóticos gorritos de lana, Adrián, y que prometió hacerme uno para la próxima semana!

Una vez empezó el debate todo fue muy rápido y los colaboradores todos queríamos hablar contra más mejor, es cierto que éramos muchos pero si se quería, se podía hablar. Intervenciones cortas y concisas, eso sí, pero suficientes.

En las público aproveché para hacerme fotos y conversar con otra gente, algunos muy simpáticos y otros un pelín más distantes, entiendo también que los nervios juegan también un papel muy importante en todo esto…

Una vez acabamos volvimos a la sala inicial y volvimos a comer, una hambre tremenda! Luego volvimos en una furgoneta de producción que compartí con distintos ex concursantes del programa y otros colaboradores y comentamos la jugada. Entre una cosa y otra, llegué al piso de Pablo y Álvaro, este último me esperaba ya en pijama para comentar un poco la jugada e ir a dormir, al día siguiente pillé el Ave muy pronto para regresar a Barcelona…

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Con todo esto, quiero decir que la tele se vive de una forma muy distinta de si la ves en casa a si estas en el otro lado formando parte de ella. La experiencia fue única y debo de decir, que ¡me encantaría volver esta próxima semana!

Gracias a todos los lectores que seguisteis esta aventura y a todos mis amigos y familiares que me dieron ese calor tan necesario en las horas previas al programa…