Contingut d'usuari Aquest contingut ha estat redactat per un usuari d'El Periódico i revisat, abans de publicar-se, per la redacció d'El Periódico.

"Entre pantallas y papeles nos olvidamos del dolor que sufren quienes nos rodean"

Oficinas

Oficinas

El mundo laboral, rápido, fugaz y exigente hoy en día, parece olvidar muy a menudo la parte más humana de quienes somos. Este año, estas dos experiencias se han juntado. Vivir una ruptura en un mundo laboral incesante es sin duda complejo. En mi mente joven, una relación de dos años es una vida juntos, y una cama vacía se siente como la pérdida de todo aquello que he tenido.

Entretots

Publica una carta del lector

Escriu un post per publicar a l'edició impresa i a la web

Sin embargo, los papeles en mi despacho me recuerdan que esta juventud no me exime de la parte de adulta que también vivo, y la pantalla del ordenador parpadea entre lágrimas que reprimo. Es raro, si lo piensas, en los momentos en los que mi mente sentía que no podía ni pensar, seguía tecleando el Excel, subiendo a LinkedIn y abrochándome bien fuerte los pantalones de vestir que solo me pongo en la oficina. Casi como si fuese una niña pequeña haciéndome pasar por una oficinista con la vida en orden.

La gente mayor, entendiblemente, menosprecian parcialmente este dolor, ellos han vivido relaciones mucho más largas, complejas, con anillos e hijos por medio, ¿qué diferencia provoca en tu vida lo que son solo dos años? Y, sin embargo, ellos mismos, al mirar al cielo y al recordar su primer amor lo definen como un "algo prohibido", hablan de ello casi en clave. "La chica de Granada" o "el chico motorista", como si mencionar su nombre y apellido rompiese algún tipo de hechizo que desataría efectos desastrosos.

Y es que en general, entre pantallas y papeles nos olvidamos que la gente del cubículo de al lado, posiblemente también reprima las lágrimas pensando en su vida en casa, y seguro que de vez en cuando miran las fotografías de su primer amor y piensan en dejarlo todo para volver a Granada. Y es que estas cosas nos recuerdan que somos más que un número, somos una historia, un tejido de gente y emociones más allá de nuestro currículo perfecto en LinkedIn.

Así que, entre rupturas y papeles, pensemos en la humanidad, que a veces olvidamos que vive en cada cubículo.

Participacions delslectors

Mésdebats