La virtud contra el choque de trenes

Qué difícil es estar entre medio de dos partes. Qué complejo es  encontrar aquello que un buen día el estagirita Aristóteles quiso  definir con meridiana claridad: la virtud.

¿Pero qué tiene que ver lo virtuoso con la situación que nos  compete, con el inevitable choque de trenes, con los bandos, con los  de aquí y los de allí?

Pues todo, estimado y paciente lector. La virtud se consigue  intentado encontrar el punto intermedio entre dos extremos, uno por  exceso y otro por defecto. Tan malo es pecar de impulsivo como carecer  de toda acción.

Y parece que ese es el rol que algunos hemos decidido llevar a cabo.  Respirar hondo, tomar asiento y ver cómo unos y otros, unas veces más  otras veces menos, deambulan por el alambre sin encontrar el  equilibrio perfecto y necesario para que este mundo funcione.

 Las opiniones, las acciones y la manera de afrontar la vida es tan  personal como respetable pero que no se olviden aquellos que un día  decidieron convertirse en  servidores de la ciudadanía, que están  obligados a ser como lo fue el estagirita con sus doctrinas: maestros  en continua búsqueda de la virtud.Y que mejor manera para conseguirlo  que  practicar con el ejemplo.

 Mientras tanto, algunos seguimos sentados, viendo como los  funambulista no acaban de encontrar ese equilibrio que necesitamos todos.