El próximo 23 de abril recordemos a Cervantes y a su mítica obra

Ya han pasado cuatro siglos desde que Miguel de Cervantes publicara la obra que le dio fama, aunque nunca fortuna. Pese a la calidad de su escritura fue muy poco reconocido en vida. ‘El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’, la cual guarda un detalle que la hace tan peculiar como original, fue la gran, primera y mejor sátira aparecida en su momento. Si examinamos con detalle la vida de Cervantes y la narración ficticia que describe a Don Quijote, el hombre desafortunado, convencido de sí mismo pero siempre desafortunado, la coincidencia es bastante aproximada, pues Cervantes fue un valiente soldado, un curioso autodidacta y, por encima de todo, un hombre cargado de sentimiento e inquietud social. Fue nombrado recaudador de impuestos y se negó a embargar las pobres cosechas de los desgraciados agricultores, motivo por el cual fue, como había sido anteriormente, debido al abordaje del barco por parte de los corsarios albaneses en que regresaba a España, injustamente encarcelado. Allí, en la soledad de una mazmorra, concibió la que sería la obra más popular de todos los tiempos. Una profunda amargura invadiría el alma de aquel hombre piadoso.

Para los pobres, la vida de cada día es un desafío e incluso una aventura. Para los ricos, placer y tranquilidad. De esta manera pensaba Miguel de Cervantes, y así pensarían, teniendo muy en cuenta su obra Jonathan Swift, Voltaire, Pirandello, Mark Twian, Tolstoi o, en el mundo de la imagen, Charles Chaplin y incluso Woody Allen. Por eso Don Quijote y Sancho Panza cabalgan por todo el mundo. Compartamos este 23 de abril, día de libro, su frase: "No hay libro tan malo que no contenga algo bueno".