Medio ambiente
Al menos un ave muere electrocutada cada día en las líneas de alta tensión en Catalunya
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Los datos recogidos por los agentes rurales en los últimos años muestran una gran concentración de muertes en las comarcas de Lleida
Guillem Costa
J. G. Albalat
Redactor
Ha trabajado en el Diario de Barcelona, El País y AVUI. Desde hace años en El Periódico cubriendo los acontecimientos judiciales. Premios Ortega y Gasset, Save the Children, Ramon Barnils y Josep Maria Planes por la investigación del 'caso Maristas' sobre abusos sexuales en los colegios. En el 2016, mención honorífica de la Generalitat en el Día de la Justicia. Colaborador de publicaciones jurídicas. Profesor asociado Master de Criminología de la Universitat de Barcelona.
En los últimos 10 años han muerto al menos 4.666 pájaros electrocutados en la red eléctrica en Catalunya. Esto equivale a una media de más de una ave muerta cada día. Y lo peor de todo: los agentes rurales reconocen que esto es solo la punta del iceberg. Este recuento solo incluye los casos en que los rurales reciben un aviso o encuentran ellos mismos el cadáver, levantan acta y dan parte a la fiscalía de Medio Ambiente.
Este 2023, y hasta el 15 de abril, habían muerto 169 aves en estas circunstancias
Sin embargo, puede haber otras muertes por electrocución de las que no se tenga constancia, ya sea porque tienen lugar en una zona de difícil acceso o porque el ave muerta se convierte en carroña para otros animales y por lo tanto el cadáver desaparece.
Algunas zonas de gran concentración de muertes son el delta del Ebro, Osona, el macizo del Garraf y las comarcas de Lleida
Los datos de los agentes rurales de la Generalitat a los que ha accedido EL PERIÓDICO muestran el cómputo global de los últimos 10 años. Toda Catalunya está afectada, pero hay algunas regiones donde las concentraciones de muertes son especialmente llamativas.
Hay grandes cantidades de muertes en zonas protegidas como el delta del Ebro, también en Osona y alrededores, en el macizo del Garraf, lugar de cría de varias rapaces, y sobre todo, en las comarcas del este de Catalunya. En este territorio es donde se registran más muertes de aves por choques y electrocuciones contra las líneas eléctricas.
Un equipo de biología de la Universidad de Barcelona trabaja conjuntamente con la fundación MAVA desde hace más de 20 años estudiando este fenómeno. Constatan que las electrocuciones suponen un grave problema para poblaciones de algunas especies de aves y que Catalunya es una de las zonas donde más ocurren estos accidentes.
Sobrepoblación de conejos
Las aves que mueren por accidentes con la red de alta tensión son habitualmente aves de gran envergadura, a menudo rapaces o carroñeras. ¿Y por qué hay tantas aves muertas en esta zona de Catalunya en concreto? Los expertos no tienen una única respuesta, pero sí algunas reflexiones.
La mayor mortalidad de aves coincide con los puntos donde hay más sobrepoblación de conejos
Es una realidad que muchos pájaros muertos en los municipios del este de la comunidad son cigüeñas, ya que existen algunas poblaciones importantes. También es cierto que este territorio es una zona de paso migratorio habitual.
Lo que llama la atención de algunos especialistas es que haya tantas víctimas mortales justamente en el lugar de Catalunya con más sobrepoblación de conejos. Algunas de las aves muertas, como los búhos reales o las águilas reales, son especialistas en la depredación de los conejos, que suponen un grueso importante de su dieta.
Esto no significa que el exceso de conejos se esté dando porque mueren demasiadas rapaces en las comarcas de Lleida. Pero sí es cierto que si muchos de estos pájaros no sufrieran atropellos, envenenamientos o estas electrocuciones podrían mantener algo más a raya a los conejos.
¿Hay solución a este problema? Sí. Tanto la Generalitat como Endesa (una de las principales compañías que tiene líneas eléctricas, no la única) detallan que mediante una adaptación de las líneas se pueden evitar la mayoría de estas muertes.
Muchas de ellas ocurren en zonas protegidas, y en estos lugares, es la Generalitat quien debe invertir para que las compañías actúen. Fuentes de Endesa destacan que desde que se firmó un convenio de colaboración con la 'conselleria' ya se han llevado a cabo más de 2.000 actuaciones, reformando y modificando la red con elementos de protección, como aislantes, y anticolisión o balizas en forma de pájaro para evitar que las aves se acerquen. Pero en todo momento es la Generalitat quien establece los postes que deben adecuarse y las prioridades a la hora de actuar.
La tendencia general es creciente, cada vez mueren más aves electrocutadas, aunque en 2022 fueron menos que en 2021. Este 2023, y hasta el 15 de abril, han muerto 169 aves en estas circunstancias. El objetivo de Endesa y el Govern es que en los próximos años estas muertes de aves (en algunos casos protegidas) se reduzcan al mínimo gracias a las medidas de protección que de momento no están aplicadas en toda Catalunya.
Camino judicial
Parte de estas electrocuciones de aves de la provincia de Barcelona están siendo investigadas por un juzgado de Vic (Osona) a raíz de una querella presentada hace dos años por la fiscalía por dos delitos ecológicos contra Endesa (ahora E-Distribución), así como contra seis directivos de la misma. Las pesquisas siguen su marcha.
La Generalitat es la encargada de ordenar qué torres eléctricas se tienen que adaptar urgentemente
Los altos cargos imputados ya han declarado ante el juez, pero se está pendiente de nuevas diligencias ante la ampliación de las indagaciones, ya que desde la fecha en que se interpuso la querella se han producido más muertes de animales al chocar contra cables de distribución o al posarse en torres. Por lo tanto, no se descarta que otros responsables de la eléctrica deban comparecer en el juzgado.
La acusación pública atribuye a los encausados el haber incumplido las normas legales que "le imponían la obligación de mantener las redes eléctricas en condiciones técnicas adecuadas y sin dañar o poner en peligro la fauna y el medio ambiente en general". La querella del fiscal Antoni Pelegrín detalla la electrocución de especies protegidas, como la cigüeña blanca, el busardo ratonero, el águila culebrera, el azor y el búho real, entre otras. El simple gesto de desplegar sus alas provoca que toquen ambos cables y reciban una descarga.
La fiscalía subraya que Endesa "está sujeta a numerosa normativa que tiene por objeto compatibilizar la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado con el respeto al medio ambiente". Esta norma le impone "la obligación de adoptar en el ejercicio de su actividad las medidas necesarias para la evitación de los riesgos o daños que el transporte de la energía eléctrica conlleva, no solo para las personas sino también para la flora, la fauna y, en general, el medio ambiente". Por tanto, "está obligada a no poner en riesgo o dañar gravemente la biodiversidad que vive en estado silvestre y que puede entrar en contacto con sus instalaciones industriales de transporte de la energía eléctrica".
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