Riesgo de inundación
"Los ríos están hechos un desastre y eso es un peligro ante las inundaciones catastróficas"
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Guillem Costa
La Agència Catalana de l'Aigua (ACA) detalla que una de las soluciones importantes para prevenir inundaciones catastróficas es ayudar a que los ríos recuperen su curso natural. El presupuesto para este tipo de medidas de renaturalización ha aumentado. Sin embargo, solo el 3% de las inversiones, según ha podido saber este diario, contra inundaciones se dedican a este objetivo.
Es cierto que Catalunya invertirá mucho más dinero en su plan de gestión (2022-2027) frente inundaciones que en el último ciclo (2016-2021). Pero también es una realidad que el gran monto de dinero se dedica a la protección (92 millones de euros) y no a la prevención (29 millones).
Los expertos exigen un cambio de mentalidad en la administración a la hora de prepararse ante posibles inundaciones. "Los ríos están hechos un desastre y esto es una evidencia científica", sentencia Pol Guardis, coordinador técnico de Life Alnus, proyecto de conservación de ríos. El experto estima que este hecho supone un problema para la prevención de inundaciones catastróficas.
Recuperar terreno
Considera que los espacios naturales deben recuperar su tendencia natural y que se tiene que dedicar más presupuesto a este tipo de medidas: "Se deben eliminar infraestructuras como antiguos azudes que impiden que el río fluya libremente".
"Una zona se puede inundar gravemente aunque llevemos 5 años sin ver agua en este punto"
Marc Ordeix, del Centre d'Estudi dels Rius Mediterranis (CERM), reconoce que hay elementos que no se pueden derribar, pero otros sí: "La forma de trabajar de los ingenieros de Caminos ha cambiado mucho, pero todavía les falta incorporar medidas centradas en la naturaleza".
"No se puede mover de lugar a un barrio entero, pero sí es posible plantear que no se construyan ciertos edificios en la zona inundable del río, por mucho que llevemos 5 años sin ver agua en este punto", advierte Guardis, quien considera que los humanos tenemos una mirada muy corta. "Damos por hecho que podemos construir ahí, y de golpe, llega el agua y el drama. Los episodios que antes ocurrían cada 50 años serán cada vez más comunes".
Ambos expertos coinciden en que sería positivo reducir la presión a la que están sometidos los cauces de los ríos. "Como hay urbanizaciones cercanas al río, se ponen barreras de cemento o de piedra que son contraproducentes. Parece que no hemos aprendido nada de los aguaceros de los 90".
"Parece que no hemos aprendido nada de los aguaceros de los 90"
¿Pero por qué no son útiles muchas de estas medidas de protección? "Cuando se levantan escolleras o protecciones de hormigón, se evita que una zona concreta se inunde, pero el río coge más velocidad y causa daños más abajo, en otro punto. El agua sale con fuerza por alguna parte igualmente", detalla Ordeix.
Los estudios demuestran que si un río tiene bosques de ribera en buen estado, tiene espacio para correr y absorber el agua de las inundaciones, por lo que pierde velocidad (además de fomentar la biodiversidad).
Guardis afirma que la dinámica de la administración tendría que cambiar: "El 25% que se destina a mantener infraestructuras antiinundación se podría invertir para retirar según qué elementos que no tendrían que estar en los espacios inundables. A lo mejor no tiene sentido construir muros para conservar un campo de fútbol, por poner un ejemplo, que está junto al río".
El río decide
Tanto Guardis como Ordeix admiten que se ha avanzado a la hora de concebir los ríos, pero están convencidos de que se puede ir más lejos. "Antes el río estaba contaminado. Ahora salimos a andar y a pedalear junto a él. El siguiente paso es entender qué tiene que haber en estos terrenos".
"Se tiene que invertir más en renaturalizar, pero no se lo acaban de creer"
Entonces, ¿cómo serán estos espacios si se renaturalizan? El río decidirá. "Puede que tengamos una playa de guijarros o un bosque de alisos (un árbol cada vez menos habitual). Lo que seguro que no habrá son edificios y muros artificiales", explica Guardis.
En Granollers se ha trabajado en esta línea y el río Congost ha recuperado parte de su camino. Ahora es más ancho e irregular, no está tan delimitado. Si en un futuro se amplían los cauces y los espacios inundables se tienen en cuenta en zonas urbanas, las posibles inundaciones no serán tan catastróficas. De hecho, en poco tiempo se pondrá en marcha un proyecto de estas características en Vic, para renaturalizar los ríos Mèder y Gurri.
En Alemania y Holanda, por ejemplo, también se ha trabajado en esta línea. "Aquí se mejora, pero se tiene que invertir más, no se lo acaben de creer". "Todavía se pueden poner en práctica muchas actuaciones basadas en la naturaleza", zanja Ordeix.
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