Terrassa y Sabadell, dos modelos de Navidad: “No es una competición”

Terrassa y Sabadell se han sumergido ya de pleno en la Navidad. Las dos capitales del Vallès Occidental tienen modelos distintos para vivir las fiestas, pero ambos con buena acogida por parte de sus respectivos vecinos.

Es incontestable que las luces reinan en ambas y que los árboles de Navidad o pesebres municipales ya llenan las galería de fotos en los móviles de la ciudadanía, pero hay claras diferencias de planteamiento entre un municipio y el otro. Mientras que Sabadell se asemeja más al ‘modelo Vigo’ con espectacularidad y ‘show’, Terrassa apuesta más por la implicación del tejido asociativo en un proyecto que aspira a ser inclusivo.

Una decisión independiente a la partida presupuestaria, ya que es similar en ambas ciudades: la Navidad cuesta prácticamente un millón de euros a cada municipio, según han confirmado ambos ayuntamientos a este diario (Sabadell gasta 967.414 euros y Terrassa, 899.114 euros). 

EL PERIÓDICO se ha trasladado a Sabadell y Terrassa y ha conversado con más de una decena de vecinos, elegidos al azar a pie de calle, para conocer cómo viven las fiestas navideñas en su ciudad. Espóiler: comparten satisfacción pese a la diferencia de modelos, pero para algunos faltaría “celebrar aún una Navidad más grande”.  

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“El ‘Llaminer’, presente todo el año”

Guste o no la Navidad, todo el mundo es espectador del despliegue de ornamentos y actividades. Las principales calles ya se han vestido de gala y lucirán así hasta el 6 de enero. Esta es una celebración que viven con más fervor sobre todo los más pequeños. O al menos así lo aseguran las familias consultadas.

Marta Moles (43 años) es madre de Clara y Jordi (10 y 7 años), dos niños que esperan la Navidad de la ciudad con “euforia”. La vecina de Sabadell explica que la figura del 'Llaminer' [icono de la ciudad, protagonista de múltiples espectáculos musicales y navideños desde hace dos años] se ha convertido en el personaje más esperado para sus hijos durante el año: “Meses antes de la Navidad ya empiezan a sonar sus canciones y meses después aún las cantan en casa. Se las aprenden y hasta se han inventado un baile”, explica Moles, quien confiesa que ella también ya conoce todas las letras. Así, concluye que la Navidad, para sus niños se reduce, en buena parte, al 'Llaminer'. 

La expectación que genera el 'Llaminer' se traduce en cifras: unas tres mil personas participaron en el encendido de luces de Sabadell el pasado 24 de noviembre a cargo de esta figura.

Xavi Reche (36 años), quien también tiene dos niños -de 4 y 7 años-, manifiesta que “los pequeños salen del cole preguntando por el 'Llaminer'”. En su opinión personal, igual hay demasiadas luces "y mucho revuelo navideño", pero para él “pasa por encima la alegría con la que viven los hijos la Navidad en la ciudad”, manifiesta. “¿Se podría mirar más por el medio ambiente? ¡Seguro!”, se pregunta y responde solo el vecino sabadellense.  

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“Vale la pena la contaminación lumínica”

Numerosos vecinos de Sabadell admiten que la Navidad podría ser más ecológica en cuanto al alumbrado, pero esta cuestión pasa a segundo plano para muchos otros. Lo admite Meritxell Felouzat (22 años) quien tilda de “evidente” la contaminación lumínica que se genera, pero, bajo su juicio, “vale la pena asumirla”. En este sentido también se pronuncian Nelson Alarcón (38 años) y su suegra Maria Cordón (65 años): “Que pongan más placas solares si es necesario, pero que no se pierda el espíritu navideño”, concluyen.  

La voz discordante y la más crítica con la Navidad de Sabadell ha sido la de Júlia Cabezas (28 años) quien pone encima de la mesa la “gran cantidad de dinero que se gastan durante Navidad. ¿Por qué no lo invierten en otros aspectos para mejorar la ciudad en su día a día?”, se pregunta, remarcando el actual contexto de inflación y crisis medioambiental. 

“Nos desplazaríamos a la ciudad vecina”

Josep Maria (78 años) lo tiene claro: la Navidad no es una "competición" con ninguna ciudad y asegura que si tiene la oportunidad se desplazará hasta Sabadell. Muchos egarenses sí que estarían dispuestos a desplazarse hasta la ciudad vecina. “No lo descarto, así conoceríamos el famoso 'Llaminer'”, manifiesta Ruth González (27 años) del barrio de Egara de Terrassa. También estaría dispuesta Catherine Carrere (31 años) quien reconoce que “Sabadell goza de más espectacularidad”. 

Por el contrario, en general, los vecinos de Sabadell no parecen sentir gran “necesidad” de desplazarse a Terrassa: “Lo tenemos todo cubierto aquí en la ciudad”, presume Irene (56 años). Sin embargo, algunos apasionados de las fiestas confiesan que harán “una gran ruta para conocer las Navidades de las ciudades vallesanas”, como es el caso de la familia Cordón.

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En Terrassa se percibe la tradición

Entre las opiniones recogidas por este diario aflora un denominador común: “Terrassa debería celebrar una Navidad más grande”. Unas declaraciones compartidas por la mayoría de entrevistados. “Se nota que se están destinando esfuerzos, aunque continúa siendo pobre”, detalla Ruth, quien deposita esperanza en qué el próximo año la Navidad de Terrassa llegue más a los barrios. "Vamos por buen camino", asegura sin embargo esta vecina. 

De todos modos, la mayoría de egarenses también admiten que las fiestas de Terrassa desprenden más "tradición con respecto a las de Sabadell". "Hay mucha gente implicada, esto hace ciudad y considero que hay que cuidarlo", reconoce Pol Martí (35 años).

El valor añadido del que dispone Terrassa es la “tradición y la voluntad de crear una red entre la ciudadanía”, certifica Josep Maria, que además de apreciar este modelo, concluye que “se tendría que potenciar en las ciudades vecinas”. 

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